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Hace tiempo que ocurrieron estos hechos que vamos a relatar y desde entonces venimos usando el Inspire 2 sin problemas y con unos resultados audiovisuales óptimos. Aquellos problemas ya se solucionaron, pero no de la mejor forma. Además de ofrecer valoraciones, exponer nuestras críticas y opiniones al respecto, también comentaremos la larga serie de acontecimientos que tuvieron lugar ciñéndonos meramente a los hechos.
La decisión de compra del Inspire 2:
Durante bastante tiempo casi todos los vuelos que realizábamos eran con el dron DJI Phantom 4. Como ya hemos explicado en numerosas ocasiones, los Phantom son unos drones increíbles que por un precio contenido permiten volar una aeronave ligera y versátil ofreciendo una calidad de vídeo fantástica.
No obstante, por necesidades de nuestro negocio, debemos encontrarnos en todo momento a la vanguardia de la realización de vídeo aéreo con drones, y estar preparados para hacer las grabaciones aéreas más exigentes, motivo por el cual, tras probar con otras opciones como el S900, nos decantamos por el DJI Inspire 2 acompañado de la cámara Zenmuse x5s. Para nada estamos arrepentidos de esa compra. De hecho, el Inspire 2 es pese a todo nuestra mejor herramienta de trabajo en este momento, aún sin ser el dron de DJI más caro que tenemos.
Los problemas estructurales del DJI Inspire 2:
El DJI Inspire 2 destaca por muchos motivos. Uno de ellos es que cuenta con un gimbal (estabilizador) y una cámara propios. Esta última cuenta con lentes intercambiables y de una calidad cinematográfica excepcional. La alternativa es recurrir a drones mucho más pesados y complejos, sin sistemas tan finamente integrados, donde poder colgar la cámara deseada: esa otra opción sería no obstante una solución que por nuestra experiencia con el S900 parece menos fiable en pleno vuelo, más aparatosa y costosa. El gimbal del Inspire 2 además ofrece la posibilidad de realizar paneos en 360, de forma que la cámara y el dron pueden ser operadas de forma independiente ofreciendo muchísima versatilidad en el vuelo.
Otro factor clave de este dron es su tren de aterrizaje retráctil, que ofrece a su vez varias ventajas. En primer lugar, cuando está con el tren de aterrizaje bajado las patas llegan al suelo de forma que permiten un aterrizaje seguro salvaguardando la integridad del dron y de su cámara. Cuando el dron está en el aire el tren de aterrizaje asciende de forma que no se interpone entre la cámara y el objeto a filmar en ningún punto de sus 360º. Por último, el tren de aterrizaje adopta una posición intermedia para su almacenaje, optimizando así su espacio y haciendo posible guardarlo en un maletín de tamaño contenido.
No obstante, la fragilidad de este tren de aterrizaje es lo que nos ha traído de cabeza, y ahora explicamos por qué.
La imagen muestra el diseño del Inspire (superior) y del Inspire 2 (inferior), con el tren de aterrizaje elevado y bajado, respectivamente. Ambos drones comparten un diseño similar. Cuando el brazo asciende, los motores y las patas giran en un leve ángulo para mantenerse verticales. Por el interior del brazo del Inspire hay cables que conectan los motores, las luces LED y las antenas (integradas en las patas) con el interior del dron. Este dron, tiene una posición intermedia entre el vuelo y el aterrizaje cuando está dispuesto para ser guardado. Es una posición con los brazos en posición horizontal para ahorrar espacio.
En la imagen inferior se ven en amarillo los cables que transcurren por el interior de los tubos de los brazos atravesando una articulación en forma de T que ha resultado para nosotros bastante conflictiva, ya que debido a un efecto de palanca sobre la articulación las fuerzas laterales señaladas en rojo pueden forzar el giro de esta. Ello permite que con una leve fuerza o golpe lateral no muy brusco en las patas, se cercenen los cables que circulan por el interior de esta estructura en T de los brazos del dron.
Cómo ocurrió la rotura del Inspire 2
Nuestro problema comenzó de una manera bastante extraña, incluso podríamos decir absurda. Ocurrió durante la rutinaria tarea de mantenimiento: primero abrimos la caja oficial del DJI Inspire 2 donde guardamos el dron para extraer la cámara con objeto de limpiar el sensor de la Zenmuse X5s. Tras esto, introdujimos el dron en la caja y la cerramos, con tan mala suerte de que el dron quedó introducido en una posición incorrecta en su caja. Se comprobó que el cierre de la caja ofrecía alguna resistencia al intentar cerrarla, y me di cuenta de que efectivamente la estaba cerrando al revés. Hasta ahí, todo relativamente normal. Cuál fue mi sorpresa al darme cuenta de que al intentar cerrar mal la caja, el brazo derecho del Inspire 2 no estaba en la posición correcta.
Me refiero al brazo donde se integran dos de los cuatro motores y las antenas para la recepción de la señal, así como dos de los motores con sus respectivas hélices y las patas que forman el tren de aterrizaje. Estas últimas habían quedado notablemente giradas con respecto a su ángulo natural, en el sentido en el que se muestran las flechas rojas de la imagen.
La caja OFICIAL del Inspire 2 sólo admite que el dron se coloque de una forma determinada y en vista de las consecuencias, pensamos que habría sido conveniente situar indicaciones bien visibles que señalaran claramente la posición correcta y advirtieran del destrozo que puede ocurrir de hacerlo de otra manera. Esto no es una forma de hablar ni una exageración, ya que si se introduce el dron mal por descuido las consecuencias pueden ser bastante graves. Nosotros intentamos cerrar con cuidado y cuando se notó algo de resistencia, el daño ya estaba hecho.
Ante este imprevisto, mi reacción natural fue tocar la pata y comprobar que podía seguir girando en el sentido en el que había cedido, pero no se podía volver a su posición natural. Encendí la emisora y el dron para verificar que todo funcionara correctamente, pero cuál fue mi sorpresa al ver que la pantalla mostraba un error fatal: ESC error. Aún hoy, me resulta inverosímil pensar cómo es posible que un dron pensado para el uso profesional, sea tan frágil como para que al ser guardado en su caja oficial de una forma incorrecta, ello pueda derivar en una avería grave que en nuestra opinión merece ser advertido de forma muy clara.
Sigamos avanzando. El ESC, es decir, el Electronic Speed Controller, era lo que daba error. Este es el dispositivo que regula la velocidad de cada motor y al ver en la pantalla la señal de ESC error intuí que al torsionarse la pata, algún cable se habría pillado, desconectado o cercenado… O todo a la vez, dado que por el interior de la estructura que es hueca, van los cables que proporcionan potencia eléctrica a los motores de los extremos de ésta estructura en forma de T,
DJI Care Refresh: ¿la solución?
Afortunadamente para mí (o eso pensaba yo), al comprar el dron fui prudente y contraté el DJI Care Refresh. Sobre el papel, el DJI Care Refresh, cuyo precio es de aproximadamente el 10% del valor del dron entero, te permite que puedas avisar a DJI cuando durante los primeros 12 meses, el dron sufra algún percance. Luego mandas tu dron estropeado, y a cambio de un pequeño pago adicional, en un breve periodo de tiempo te lo envían reparado, o te proporcionan uno distinto en perfectas condiciones. Esta es por lo menos la forma en que lo anuncian. Véase el vídeo.
Si analizamos esto al detalle veremos lo que entraña este servicio: yo compro mi dron DJI Inspire 2 y su cámara por 7000 euros. Pago 800 más para tener el dron “asegurado”. Si lo rompo, pago de nuevo y ellos me mandan otro dron. Suena perfecto porque a cambio de un “pequeño” importe puedo disfrutar de nuevo de un dron de 7000 euros. Es decir, DJI me cobra 800 euros por si ocurre algo. Sólo por si ocurre, como cualquier seguro, al fin y al cabo. Una vez yo estampo mi dron, me cobran 250€ más (500 si utilizo DJI care por segunda vez) y me mandan un dron arreglado. Obviamente, mi dron no lo tirarán a la basura, sino que se lo endosarán ya arreglado al siguiente desdichado que haya estropeado el suyo. En otras palabras, por una reparación se llevan 1050€, y si les toca hacerlo dos veces (el máximo), 775€ por reparación.
Volviendo a mi problema en concreto: al encontrarme ante esta situación valoro tres opciones:
La primera, gastar mi primer uso de DJI Care Refresh. Por una parte es la idea más sencilla y atractiva, y por 250€ me quito un marrón. Por otra parte, me da miedo usar este servicio para una reparación tan sencilla como puede ser reemplazar un cable dañado. Si más adelante mi dron cae al agua o se estrella contra un árbol y tiene una avería más importante, sin duda querré no haber gastado mi primer uso del DJI Care Refresh.
La segunda, llevar mi dron al servicio técnico de DJI, que se supone que está especializado, y que ellos gestionen la avería, incluso aunque haya que pagar más de 250€ pero sin gastar mi primer uso del DJI Care Refresh.
La tercera, abrir el dron para ver si la reparación es algo tan trivial como pueda ser conectar un par de cables desconectados.
Pedimos consejo al servicio técnico de DJI
Tras mucha meditación opto por el plan B: desplazarme al servicio técnico oficial de DJI con el dron, mostrarles la pata girada, contarles cómo ha ocurrido y lo que creo que ocurre dentro del dron, a ver si me proponen una solución. Su respuesta fue que efectivamente, probablemente dentro de la pata hubiera algún cable desconectado. Cuando les planteo la duda de si dejárselo a ellos o usar el DJI Care Refresh me dicen que sin duda alguna mejor el DJI Care Refresh, ya que en un plazo de unas tres semanas puedo tener un dron perfectamente funcional pagando solo esos 250€, ya que sólo por mano de obra y materiales es posible que en el servicio técnico el importe ascienda nada menos que a 300€ o más. Recordemos que el dron no se había llevado ningún golpe durante el vuelo ni durante su transporte, sino que se había averiado al guardarlo en su caja.
Me llevo el dron de vuelta a casa y empiezo a iniciar las gestiones para que el DJI Care se haga cargo del dron. Los trámites con DJI son largos y tediosos, puesto que hay que contactar con Holanda en un intercambio de emails cuyas respuestas se demoran. Estos trámites los obviaron muy convenientemente en su precioso vídeo explicativo. Me solicitan datos de vuelo del Inspire y al final, tras varios días de emails con Holanda, me dan una pegatina para que yo mismo se lo mande a ellos.
Fue este el punto que terminó de echarme atrás, y es que con la pata torsionada y sin forma de ponerla en su sitio, el dron ya no cabía en su caja original, y con la fragilidad que me había demostrado el aparato, tampoco quería mandarlo de cualquier otra manera, por si se estropeaba aún más en el proceso de envío y esas averías no estuvieran cubiertas.
Descartamos DJI Care Refresh por la inefectividad de las comunicaciones y mis dudas respecto a la viabilidad de hacerles llegar el dron por correo sin su caja reglamentaria, donde obviamente ya no encajaba. Me quedaban las otras dos opciones: llevarlo de nuevo al Servicio Técnico Oficial de DJI o intentar abrir el dron para verificar si se trataba de una avería trivial o para ver si de alguna manera podía colocar la pata en su sitio para poder mandarlo sin riesgo de empeorar el problema.
Abriendo el DJI Inspire 2
Procedí a intentar abrirlo con prudencia para hacer un examen visual más precisa de la avería. Si hubiera comprobado que la avería estaba ahí pero no era capaz de arreglarla, por lo menos podría ir al servicio técnico con un diagnóstico más certero del problema. Si en algún momento me encontraba con un obstáculo insalvable, dejaría el dron como estaba y lo llevaría directamente al servicio técnico.
El DJI Inspire 2, a diferencia de otros drones que son modulares como los S900 o S1000, se compone de una intrincada maraña de cables que dependen de otros cables, tornillos que dependen de otros tornillos, y piezas en teoría sencillas de desmontar pero que requieren desmontar el dron en su totalidad.El DJI Inspire 2 es una pieza de ingeniería fantástica, la filosofía de diseño me recuerda bastante a la sofisticación de Apple con sus ordenadores. Aparatos que hacen uso de una tecnología excepcional pero que no están pensados para ser reparados por cualquiera.
Con la pata del dron desmontada y habiendo comprobado que los cables que recorrían su interior estaban efectivamente cercenados por la propia mecánica del dron, me vi incapaz de seguir adelante: aunque la pata se podía desmontar, los cables que daban ESC error llegaban al interior del dron de forma que parecía imposible de acceder sin desmontar el dron por completo, y esa no era una opción.
Volvemos al servicio técnico de DJI
Nuevamente me dirijo al servicio técnico oficial de DJI, con el dron por una parte, y la pata y los tornillos por otra. Por lo menos ahora tenía el diagnóstico más seguro. Me dijeron que en dos o tres semanas estaría listo. Todo correcto.
Pasaron unos días y me llegó el presupuesto de la reparación del brazo. Presupuesto que acepté. Con cierto retraso, me llamaron del servicio técnico y me comentaron que el brazo ya estaba reparado y que les tenía que pagar la reparación pero que, sin embargo, había un cable en el interior que fallaba, por lo cual me culparon por haber abierto el dron (hecho del que ellos eran conscientes cuando se les entregó el dron). El caso es que ese era un un cable que ellos no eran capaces de arreglar porque no lo tenían y por esa razón había que mandarlo a Holanda, y la nueva reparación también me tocaba pagarla a mí.
En este punto me encuentro completamente vendido, ya que yo lo que quiero es mi dron reparado, por encima de todo. De nada me vale batallar y meterme en hojas de reclamaciones cuando lo que necesito es poder seguir ejerciendo mi actividad profesional y cada día que pasa, yo estoy perdiendo un tiempo muy valioso. Por este motivo, no me quedaba otra que acudir al servicio técnico resignado, y pagar 449€ para que me devuelvan el dron sin reparar y que lo manden a Holanda, a los que tendré que volver a pagar.
Acudo, por tanto, de nuevo a la tienda, tras 3 semanas de espera a que me arreglaran el brazo roto, a pagar la primera reparación. Me indican que se enviará a Holanda y que en unas dos semanas tendré mi dron arreglado y listo para llevármelo, una vez que pague el segundo arreglo. Estas dos semanas se convierten en dos meses con llamadas prácticamente diarias al servicio técnico, en las que cada día me indican que cuando sepan algo me lo comunicarán hasta que dos meses después en una de las llamadas, me dicen que ya lo tienen.
Vuelvo a la tienda a recoger el dron y a pagar la segunda reparación: 383,89€ adicionales, por supuesto sin ninguna disculpa, y al encontrarme agotado por la situación me llevo el dron sin poner una reclamación porque entre otras cosas tenía que estudiar bien el tema y, sobre todo, asegurarme de que el Inspire 2 ya funcionaba perfectamente.
Revisé las reseñas de la tienda en Google Maps y compruebo que no somos los únicos que hemos tenido graves problemas con ellos y nos pareció que por solidaridad era obligado poner nuestra reseña. A las pocas horas de poner la reseña recibo dos llamadas a mi teléfono personal que había facilitado solo para que contactaran conmigo desde la tienda durante el proceso de reparación. Me llamaron y dieron una respuesta a mi reseña en Google. Fue una respuesta completamente a la defensiva, en la misma tónica que usaban para el resto de respuestas que reportaban opiniones desfavorables.
A partir de ese momento pasamos página y desde hace varios meses la verdadera aventura continúa y podemos seguir volando y trabajando con nuestro Inspire 2.
Para finalizar algunas lecciones aprendidas:
La única lectura positiva sobre esta experiencia es que a título personal hemos extraído varias conclusiones que queríamos compartir para todos aquellos que pudieran verse en un caso parecido:
DJI Care Refresh: no todo es tan bonito como lo pintan. Desde luego es un seguro que no es barato, y a la hora de utilizarlo hay algún obstáculo más del que cabría esperar. Si compras un dron de DJI, vale la pena dedicarle un rato a las matemáticas de cada posible escenario para valorar si merece la pena en cada caso.
DJI Inspire 2: un dron de unas prestaciones increíbles, que nos ha dejado el mal sabor de boca de su fragilidad, y el disgusto por el diseño de una caja oficial en la que debemos guardarlo y cuya función primordial debería haber sido proteger nuestro dron en lugrar de contribuir a dañarlo gravemente tal y como ocurrió en nuestro caso.
StockRC: se anuncian como único servicio técnico de DJI y no lo son. De hecho, cuando necesitemos un servicio técnico DJI, tras esta desagradable experiencia, nuestra última opción sería StockRC, y no vamos a poner su enlace por razones humanitarias y solidarias para con los usuarios de drones DJI.
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