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Coronavirus: ¿qué pasa con mi proveedor de vídeo o foto de boda si se cancela?

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Si el coronavirus amenaza tu boda, seguramente te interese leer este artículo.

Si a principios de año nos hubieran dicho que íbamos a vernos en esta situación (con todo el país paralizado por culpa de una pandemia y sin tener claro cuándo volveremos a la normalidad), probablemente nos habríamos reído de incredulidad. No obstante, la situación es la que es, y con toda probabilidad ya nos hayamos mentalizado de que, como sociedad, todos tenemos un nuevo papel y tenemos sacrificios que realizar:

Si te casas dentro de poco, es muy probable que estés de los nervios ante la posibilidad de no poder tener la boda de tus sueños. Más todavía si tenemos en cuenta que en la industria de las bodas, prácticamente todo se reserva con depósitos anticipados… ¿Y qué pasa con el dinero que has adelantado?

Para empezar, debemos dejar claro que desconocemos cómo funcionan en detalle otro tipo de proveedores (fincas, vestidos, etc.), y tampoco conocemos al dedillo cómo operan todas y cada una de las productoras, fotógrafos y realizadores que ofrecen servicios de bodas, aunque en esta entrada pretendemos cubrir la mayoría de situaciones.

Lo primero que debes hacer si se cancela tu boda (o temes que pueda llegar a cancelarse) por el coronavirus es consultar el contrato que firmaste con tu proveedor al realizar la señal (y este es un ejemplo de por qué siempre que contratáis un servicio de este tipo tiene que haber un contrato de por medio). Con el contrato delante veremos que hay varias opciones:

  1. El contrato no hace referencia alguna a posibles cancelaciones. Es una opción bastante rara, ya que uno de los motivos fundamentales para que exista este contrato de prestación de servicios es aclarar qué ocurre si se cancela el evento o no se presta el servicio. En este caso, aunque no somos abogados, la primera opción debería ser llegar a un acuerdo amistoso con el fotógrafo o videógrafo para conseguir una solución aceptable para ambas partes. Si esto fuera imposible, es probable que necesitéis recurrir a un abogado.

  2. El contrato hace referencia a posibles cancelaciones. Esta es la opción más común, y en este caso, lo firmado va a misa (por lo religioso o civil). Suele haber dos opciones principales:


  3. En la primera, si no es el fotógrafo o el videógrafo el que cancela el servicio, éste se queda con la señal pagada por adelantado.

  4. En la segunda, el fotógrafo o videógrafo se compromete a mantener el precio (y la señal ya adelantada) si la fecha se pospone dentro de un margen razonable de tiempo (lo que suele ser la misma temporada de bodas); es decir: si la pareja ha reservado el servicio para el 10 de abril pero se va a tener que posponer la boda debido al Covid-19, el fotógrafo mantendría el precio y el resto de condiciones si la boda se celebra en una fecha que tenga disponible a lo largo de 2020.

¿Y si el fotógrafo no tiene fechas disponibles? Este no es un escenario improbable, ya que el coronavirus ha llegado justo al comienzo de la temporada de bodas, por lo que se esperan muchas cancelaciones que encajar en un calendario que muchos profesionales ya suelen tener bastante ocupado. Tocará de nuevo tirar de dialéctica. Lo lógico y lo normal es que el profesional al que hayas contratado suela trabajar con profesionales de su confianza, y si la nueva fecha se busca con tiempo, pueda derivarte a alguien con quien ya haya trabajado anteriormente.

  1. El contrato hace referencia expresamente a cancelaciones por motivos de fuerza mayor, como guerras, pandemias, estados de alarma, etc. Esta opción es más rara, ya que los profesionales del audiovisual, aunque tratamos de cubrirnos las espaldas, no somos tan previsores como una póliza de seguros (algo que probablemente cambie a partir de este brote). De nuevo, lo que ponga en el contrato va a misa.

¿Y si la solución propuesta en el contrato no es satisfactoria?

Como hemos dicho antes, lo mejor es probar por la vía amistosa. Es probable que la mayoría de españoles perdamos dinero en esta crisis, de una forma u otra, y el sentido común nos debería apelar a ser solidarios entre nosotros. Por una parte, no es justo que una pareja pierda por culpa del coronavirus todo el dinero que ha adelantado. Por otra, los profesionales pueden verse en una situación muy apurada si de golpe tienen que devolver todas las señales que han recibido para una parte de la temporada, ya que esto se va a sumar a una larga cadena de cancelaciones que arrastraremos durante varios meses. 

Cuando negocies este cambio de fecha con tu proveedor, por tanto, ten en cuenta que a ambos os interesa que la boda salga adelante. Y sobretodo, puedes aprovechar que gracias a internet los proveedores de vídeo y foto trabajan en gran medida en función de la reputación que consiguen en páginas especializadas de bodas y de las reseñas de sus clientes. Esta baza es muy importante y juega a tu favor.

Por último, no podemos obviar que la crisis actual podría cambiar el mundo que conocemos, y con ello nuestra forma de entender la sociedad (y cómo todos tenemos un papel y una responsabilidad en ella). Está quedando claro que las individualidades nos pueden llevar al éxito en un corto plazo, pero que nos debilitan a la larga. Está en nuestro poder no dejarnos hundir por la situación y salir de ella como una sociedad más fuerte, justa,solidaria y comprensiva.

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