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Lo mejor de ser piloto de drones bajo mi experiencia personal
¿Cuáles son mis 10 cosas favoritas de ser piloto de drones?
Muy buenas. Soy Gregorio Castro, piloto de drones de DronProfesional.com . Aunque firmo muchas de las entradas de este blog, casi siempre hablo de drones, y muy poco de mí mismo. Sé que esto en ocasiones puede hacer que me confundan con una persona fría y distante, pero lo cierto es que suelo preferir que mi trabajo hable por mí. También soy consciente de que el factor humano y la cercanía son valores diferenciales al contratar cualquier servicio, y es por eso que me he decidido a escribir esta entrada, un poco más personal, en la que hablo de algunos de los motivos que me hacen desvivirme por esta profesión. No están todos los que son, pero sí son todos los que están:
Mis 10 cosas favoritas de ser piloto de drones
1- La primera vez que “vuelas”
Todos los pilotos que he conocido a lo largo de este tiempo coinciden en una cosa: hay pocos sentimientos más gratificantes que ponerse al mando de un dron por primera vez. En mi caso, recuerdo perfectamente la ocasión. Tras desplazarme a una zona perfectamente habilitada para ello y atender las explicaciones de mi instructor, él me cedió el mando del dron, arranqué motores y elevé la aeronave. Entonces mi instructor me dijo: ”Pues ya está, estás volando”. Lo cierto es que aunque era un dron pequeño, de menos de dos kilogramos, y elevarlo no resulta una gran hazaña gracias a que los avanzados sistemas de éste permitían controlar el vuelo con precisión y sin dificultad, la sensación que tuve en aquel momento fue de euforia absoluta. Saber que estás adquiriendo los conocimientos para poder volar un dron con seguridad, y tener en tus manos el mando de lo que a efectos legales no deja de ser una aeronave, con todas las posibilidades y responsabilidades que ello conlleva, fue maravilloso.
Aunque ese momento fue indescriptible y visto ahora suena tonto e infantil, aún recuerdo como si fuera ayer la sensación sobrecogedora de “volar”.
Lo que sigue continuará teniendo mucho de valoraciones basadas en mi experiencia personal, pero si tienes preguntas concretas sobre este tema, puedes ponerme un comentario o contactar por privado usando nuestro formulario de contacto.
2- Ver el mundo desde una nueva perspectiva
Mi interés por el mundo de los drones surgió poco a poco pero de forma imparable a partir de mi profesión anterior: realizador audiovisual y fotógrafo freelance. Aunque un buen fotógrafo con creatividad y técnica puede obtener increíbles imágenes con una buena cámara, por algún motivo siempre me sentía anclado al suelo, y anhelaba una herramienta que me diera la posibilidad de ampliar mis horizontes ver el mundo desde sitios donde nadie lo ha visto antes y capturar imágenes únicas.
A día de hoy aún es sorprendente alzar un dron y ver el mundo desde arriba. Lugares que para la vista humana tienen unas características que se transforman en formas y colores cuando asciendes 10, 20, 30, 120 metros. No es raro llegar a un lugar que a primera vista no resulta demasiado llamativo, alzar el dron, mirar por la pantalla y quedarse sin aliento.
3- Ser pioneros
Aunque los drones estén en boca de todos, hay que recordar que se comenzaron a legislar en España en octubre de 2014, cuando su uso cada vez más extenso obligó a regular su actividad. Hace poco más de 3 años de ello, y aunque no fui la primera persona en ponerse a los mandos de un dron, soy consciente de que dentro de varias décadas habré formado parte de la primera oleada de profesionales que usaron drones como herramienta, aportando un pequeño granito de arena en la historia del sector en España.
4- Descubrir nuevos lugares
Aunque la agenda es apretada, tratamos por todos los medios de salir todas las semanas y capturar nuevos lugares con nuestros drones. Lo hacemos para entrenar, practicar y mejorar nuestra técnica y soltura con las nuevas aeronaves y pilotos que vamos incorporando, para descubrir nuevas localizaciones que poder ofrecer a nuestros clientes, para grabar vídeos para nuestra web y, para qué negarlo, porque nos lo pasamos genial y nos encanta. Creo que hay pocas cosas más gratificantes que trabajar en algo que te gusta tanto que hace que la línea entre el ocio y el trabajo se desdibuje, y nos sentimos tremendamente afortunados de poder dedicarnos a la realización audiovisual con drones de manera profesional.
Sea como sea, lo cierto es que volar drones es un motivo más para salir de casa y explorar bellísimos rincones de nuestro entorno que hasta ahora no conocíamos.
5- La preparación previa al vuelo
Pilotar drones es mucho más que conducir hasta el lugar deseado, encender el dron y ponerse a volar. Antes de nada, hay que hacer un intenso trabajo de oficina para descubrir lugares nuevos y asegurarse de que volar allí es posible y seguro; y tanto en la víspera del vuelo como una vez en el lugar deseado hay que seguir numerosos checklists concienzudamente para que la fuerza de la costumbre no te haga caer en los fallos que se derivan de la confianza de quien cree que conoce algo a la perfección. Ser riguroso, metódico y disciplinado es muy gratificante cuando esto te ayuda a ser mejor en lo que haces.
Es por eso que una de las partes favoritas de mi rutina profesional como piloto de drones es poner las baterías a cargar, ya que mientras lo preparo todo no puedo evitar fantasear con lo que veré desde mi dron al día siguiente.
6- Sentirse valorado
Los drones son una de las novedades tecnológicas más importantes de los últimos años, y son tantas las posibilidades que ofrece poder mantener una herramienta de precisión suspendida en el aire que es un sector que va a trascender a las modas.
En lo respectivo a la realización audiovisual, un vídeo con dron multiplica las posibilidades del realizador. Permite mostrar lo que quieres enseñar de formas que antes habrían sido imposibles, y te garantiza emocionar y transmitir unas sensaciones inigualables. A día de hoy, aunque hay muchos factores que pueden condicionar la presencia de un dron en tu producción, me parece algo casi obligado si los medios lo permiten. Esto lo sabemos nosotros, lo saben las empresas que buscan hacer un vídeo corporativo, los artistas que quieren grabar un videoclip y también lo saben los realizadores que nos solicitan nuestros servicios.
Saber que eres el máximo responsable de algo tan específico y valioso para una producción como los planos aéreos es uno de nuestros mayores premios.
7- La curva de aprendizaje
Una de las mejores cosas de dedicarse al vídeo aéreo es sin duda la curva de aprendizaje: los sistemas autónomos de los drones hacen que sea sencillo poner un dron en el aire y mantener un vuelo nivelado, de forma que comenzar a volar no supone un desafío desalentador. El verdadero desafío viene después, y consiste en perfeccionar y perfeccionar las técnicas y maniobras, y la curva de aprendizaje es tal que cada hora de vuelo, aún hoy, cuenta a la hora de aprender los entresijos y peculiaridades de cada tipo de plano y cada uno de nuestros drones para poder ofrecer mejores vídeos, hacer esa maniobra en concreto para un plano específico en menos tiempo, con menos pasadas, optimizando nuestro rendimiento y ofreciendo más y mejores posibilidades.
Pocas cosas resultan más alentadoras que saber que por mucho que domines algo, nunca vas a dejar de aprender.
8- Especializarse
Como he dicho en un punto anterior, antes me dedicaba a la realización audiovisual freelance. Producir y realizar vídeos, especialmente a nivel freelance, hace que tengas que ser un hombre orquesta y tener los conocimientos y habilidades para encargarte de todo lo que entraña realizar un vídeo. Si bien esto no es algo negativo, al dedicarme de forma especializada al vídeo aéreo sé que todos los avances que hago como profesional me llevan en una misma dirección y me hacen mejor, ayudándome a distinguirme de la competencia.
9- Aprender sobre el mundo de la aeronáutica
Debo reconocer que cuando veía en la televisión planos aéreos sobrecogedores del National Geographic, pensaba más en “¡Cómo me gustaría hacer eso!” que en qué se necesitaba para hacerlo. Y cuando pensaba en qué se necesitaría, he de ser honesto al decir que nunca se me pasó por la cabeza que sería necesario estudiar tanto sobre aeronáutica, sus principios mecánicos y sus normas de seguridad.
Si bien ser piloto de drones no te convierte en ingeniero aeronáutico ni en un experto en procedimientos operacionales del resto de tipos de aeronaves, sí que te obliga a conocer con bastante fundamento cómo funciona un dron y a obtener conocimientos muy específicos de cómo funciona el tráfico aéreo, qué organismos tienen qué responsabilidades en nuestro país, cuáles son los distintos tipos de espacio aéreo…
Nunca pensé que sería un fan del mundo de la aeronáutica, pero la verdad es que dedicarme a hacer vídeos aéreos me ha hecho conocer más sobre él y aprender a valorarlo. Para alguien inquieto, descubrir un nuevo mundo por el que interesarse es todo un aliciente, más que un obstáculo.
10- Autosuperación
Creo honestamente que cada uno de los puntos anteriores tiene bastante de éste: la autosuperación. Las personas que trabajan a mi lado y yo nos motivamos cada día en ser mejores que el anterior, mejores que nosotros mismos, y ello nos ayuda a ser mejores profesionales. Ser piloto de drones no sólo es bello, sino que es sumamente estimulante ya que ofrece una infinidad de desafíos que abordar día tras día.
En definitiva, siento mucho orgullo y mucha gratitud por poder dedicarme a lo que me dedico. Es cierto que hay muchos obstáculos y que el camino no es sencillo: más adelante de hecho escribiré una entrada sobre las diez mayores dificultades que conlleva ser piloto de drones, pero lo cierto es que cada obstáculo que superamos nos anima a superar los siguientes, ya que sentimos que día a día estamos haciendo cosas maravillosas.
Espero que este artículo os haya gustado tanto como a mí me ha gustado escribirlo.
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