Turquia también se une ya a la corriente de la impresión 3D y estos días, la compañía nacional 3Dortgen ha anunciado la apertura de su primera tienda de impresión 3D en el país.
La inauguración está prevista que tenga lugar el próximo 3 de septiembre y los valientes que se han atrevido a emprender el negocio son los dueños de una compañía turca de tipo familiar que opera en el sector de la construcción y de los automóviles en Turquía.
El establecimiento estará situado en el distrito de Camlica, en la ciudad de Estambul y en un principio tiene previsto ofrecer una cartera basada en impresoras 3D de escritorio entre las que se encuentran marcas tan conocidas como Solidoodles, Up Plus 2 y la tan famosa impresora 3D Cube.
3Dortgen, además de ser un establecimiento minorista de venta al público, también se concibe como un centro de servicios de impresión 3D, por lo que la compañía ofrecerá a los clientes digitalización en 3D y herramientas de diseño para personalizar éstos y posteriormente imprimirlos. 3Dortgen dispondrá también para sus clientes de gafas de realidad aumentada para probar la experiencia y éstos podrán disfrutar si lo desean de un tentempié o café mientras hacen sus pruebas de impresión.
El fundador de la empresa, originariamente constructora y de automóvil, Furkan Bakir, ha afirmado que una vez que ya habían trabajado en dos sectores distintos, la familia sentía la necesidad de experimentar la sensación de invertir en algo que fuera innovador, creativo y revolucionario, por lo que la impresión 3D cumplía los requisitos que buscaban.
Fab Lab Estambul también tiene previsto establecerse en Turquía próximamente, situado además al lado del punto de venta 3Dortgen. La compañía turca tiene previsto colaborar con la organización y han acordado el desarrollo de talleres, actividades infantiles, muestras y seminarios para atraer al público local.
Bakir se muestra muy ilusionado con el proyecto y ha anunciado que va a poner a disposición de los ciudadanos turcos una impresora 3D Solidoodle para que éstos conozcan de cerca la tecnología ya que está convencido del enorme potencial de ésta. Bakir quiere que su establecimiento se convierta en el referente donde los habitantes de Estambul acudan para llevar a cabo sus creaciones.
Por su parte, Sam Cervantes, fundador de Solidoodle se siente esperanzado en su colaboración con la empresa turca, pues con su ayuda ve más factible atraer el interés de los turcos hacia la impresión 3D e introducir la tecnología en el país.
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