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Artículo de Chealse Schelly sobre impresión 3D


Un profesor de la Universidad Tecnológica e Michigan, Chelsea Schelly, ha publicado un artículo en el que reflexiona sobre el impacto que la tecnología de impresión 3D puede y está suponiendo en nuestra educación y en nuestra economía.

Según Schelly, cuando se produce algo por uno mismo, en lugar de comprarlo, la relación entre el usuario y el producto cambia por completo, puesto que el usuario siente una mayor satisfacción.

Schelly ha puesto como ejemplo un caso que vivió en primera persona hace algunos meses. Necesitaba una máquina quitanieves que normalmente cuesta alrededor de 200 dólares. Él decidió producir por sí mismo la máquina quitanieves utilizando una impresora 3D. El coste de haber fabricado por ti mismo la máquina no sólo es menor, sino que además la satisfacción que reporta haber fabricado el aparato le hacen sentir mucho mejor.

El profesor Schelly también ha observado que el interés de sus estudiantes por conocer y experimentar con esta tecnología va en aumento día tras días. “Ahora cada vez son más los alumnos que piden quedarse después de las clases para hacer sus propias creaciones en la impresora”, dice.

Según Schelly, el compromiso de los alumnos con el aprendizaje de esta tecnología es mayor entre otras cosas porque éstos se sienten satisfechos cuando logran ver sus propias creaciones hechas realidad. Por parte de los profesores, dice Schelly que también se ha producido un cambio de mentalidad y que actualmente la predisposición de éstos a ofrecer experimentar con la tecnología de impresión 3D está siendo mayor.

Pero el profesor americano también dice ver algunas consecuencias negativas derivada de todo esto. En caso de que toda la producción se pueda llevar a cabo por uno mismo o por máquinas en lugar de personas, como se viene haciendo hasta ahora y durante décadas, puede hacer que el modelo industrial cambie y ello suponga la pérdida de puestos de trabajo en muchos sectores que decidan prescindir de mano de obra humana así como un descenso de la demanda de productos terminados que los consumidores decidirán fabricarlos por ellos mismos.

De continuar la impresión 3D por este camino, los sistemas de producción y las economías deberían replantearse el sistema de trabajo e introducir cambios políticas económicas y laborales que definan otras tareas para los trabajadores o incluso, habla, de la reducción del número de horas semanales en los trabajadores.

El profesor Schelly apunta en términos económicos, la ventaja competitiva que puede suponer para determinados países frente a potencias como China, quienes en materia de fabricación ofrecen productos a un precio muy bajo debido a costes de fabricación pequeños. A medida que más personas impriman sus propios productos, los precios de éstos descenderán considerablemente, afirma el profesor norteamericano.

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