Desde que la tecnología de impresión 3D ha encontrado aplicación en el campo de la gastronomía, en Italia las principales empresas productoras de pasta estudian la posibilidad de incorporar impresoras 3D a sus procesos de producción.
Es el caso de la prestigiosa compañía Barrilla que pretende con esta iniciativa revolucionar el mercado de la pasta ofreciendo a los consumidores la posibilidad de crear formas originales y divertidas.
Según informaba estos días el periódico inglés The Guardian, el fabricante de pasta italiana está trabajando en esta nueva línea de negocio y lo hace el colaboración con la compañía holandesa de innovación TNO.
Una de las alternativas que baraja la compañía italiana como oportunidad de negocio es la opción de vender cartuchos de pasta precocinada a modo de material de impresión 3D que los usuarios puedan utilizarlos para dar forma a su comida con una impresora 3D doméstica de cocina. De esta forma los usuarios disfrutan de una experiencia propia al ser ellos los fabricantes de su propia materia prima de alimento y pueden elegir formas y tamaños personalizados y divertidos.
Otra opción que estudia la empresa, al margen y paralela a la anterior, es la de dotar a sus fábricas de impresoras 3D para la producción de la gama de productos que actualmente tienen en el mercado. De esta forma, Barrilla ha comprobado que aumentaría la velocidad actual de producción diez veces más si tenemos en cuenta los resultados que están aportando las máquinas actuales.
Por el momento, la compañía también ha salido al paso de estas noticias que circulan y ha querido calmar los rumores diciendo que este proyecto se encuentra aún en fase preliminar y que de llevarse a cabo se trataría de un proyecto con vistas a un largo plazo.
Barrilla es originariamente una empresa familiar con sede en Parma. Actualmente se encuentra en la cuarta generación y está considerada líder en la producción y venta de este alimento en toda Italia, aunque su presencia en el mercado es internacional. Por todo ello, la compañía se plantea nuevas iniciativas que doten de innovación tanto sus procesos productivos como sus productos y fidelicen aún más la relación que los consumidores de estos productos pueden tener con la marca.
Noticias como ésta, inevitablemente nos llevan a recordar otras como la reciente salida al mercado de Foodini, una impresora 3D española, para cocina, capaz de recrear productos alimentarios variados desde chocolate o la propia pasta.
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