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China lanza su primera bio-impresora 3D


De sobra son ya conocidas y escuchadas las aplicaciones de la tecnología de impresión 3D en el campo de la medicina y especialmente en la creación de prótesis para utilizables para trasplantes en cirugía humana. Reconstrucción de un rostro, implantes de piel, caderas impresas que devuelven la movilidad a una joven americana, prótesis discales impresas para trasplantes y como éstos una gran cantidad de ejemplos que en el último año nos han llegado como noticia sobre el alcance de la impresión 3D.

Sobre esto han trabajado el investigador chino, Xu Ming-In y su equipo de la Universidad de Ciencia y Tecnología Electrónica de Hangzhou con el fin, y lo han conseguido, de convertirse en los primeros en desarrollar una bio-impresora 3D con sello chino.

Las bio-impresoras 3D utilizan a groso modo el mismo proceso de funcionamiento que una impresora normal, sólo que en lugar de láminas o polvo de plástico, utilizan tejidos y muestras biológicas con las que crean tejido vivo. Esta técnica se denomina bio-impresión y ya ha sido probada para la impresión del tejido de un lóbulo hepático, tomando entre 40 minutos o 1 hora para tenerlo terminado.

De momento el sistema está dando muy buen resultado en términos generales. Permite visualizar las piezas detenidamente durante el proceso de impresión 3D y esto hace que se pueda determinar la velocidad y temperatura adecuada en cada momento. Sin embargo, y a pesar de esto, el sistema a veces sufre en la calibración y durante el proceso es conveniente estar pendiente por si, de forma manual, hay que controlarlo.

Ajuntándose a las necesidades de temperatura a las que hay que mantener una producción de este tipo, basada principalmente en células que no pueden sufrir ningún tipo de amenaza externa para que se mantenga en perfecto estado de conservación antes de ser implantado, las cámara de impresión y todas las boquillas se mantienen durante todo el proceso con una temperatura aproximada de 0º C.

Según explica su creador, Xu Ming-In, esta impresora 3D cuenta con una alta precisión en sus impresiones y la tasa de daño celular durante el proceso de fabricación es baja. Puede imprimir materiales muy viscosos y consta de inyectores dobles para que la impresión se pueda llevar a cabo a temperaturas muy extremas, concretamente entre un rango de -5 a 260º.

Aunque el sistema de bio impresión está ofreciendo muy buenos resultados, se encuentra aún en una fase primitiva. De momento ya se ha llevado a cabo la impresión 3D de una oreja humana de tamaño pulgar. El proceso se ha llevado a cabo tomando como partida hidrogel con base de agua. Seguidamente se van colocando capas de células en un proceso que se repite hasta que el órgano esté completamente terminado. Por último, para ayudar a la solidificación, se utiliza un agente que ayuda a la solidificación para luego ser conservado en incubadoras, protegido de todo agente externo.

Actualmente Xu y su equipo ya han impreso este ejemplar de oído humano, una nariz y una boca utilizando para ello polímeros médicos, materiales inorgánicos, higrogel y células vivas.

Xu, como muchos otros, trabajan ahora sobre el gran anhelo de muchos pacientes que supondrían un gran avance en la medicina, ser capaces de imprimir en 3D un órgano para implantar en el ser humano, aunque esto aún es algo lejano en el horizonte.

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