Hace varios meses conocíamos la noticia de que China había sido capaz de traer al mercado la impresora 3D más grande del mundo que utilizaba el método de Sinterización Selectiva por Láser. Con unas dimensiones de casi 2 x 2 x x metros y utilizando el sistema de “exploración de contornos”, China sacaba al mercado un ejemplar que acortaba tiempos de procesamiento y costes de fabricación.
Cuando conocíamos esta noticia supimos que no se trataba de la impresora 3D más grande del mercado pero sí que era la más grande que funcionaba con SSL y ello nos daba una pista de la importante apuesta que el país oriental estaba haciendo por el desarrollo de esta tecnología.
En estos días nos ha llegado la noticia de que China se hace ya con el privilegio de haber creado, ahora sí, la impresora 3D más grande del mercado. La ha creado la compañía Nanfang Ventilator Co, Ltd y fue terminada el pasado mes de noviembre de 2013, aunque se espera que sea a finales del mes de febrero de este año cuando se presente y comience a funcionar.
Según la compañía, este equipo cuenta con unas dimensiones de 28 metros de largo por 23 de ancho y una altura de 9,5 metros, imprime en metal y sus producciones pueden llegar a medir entre 2 y 6 metros de diámetro y alcanzar un peso de 300 toneladas, con un espesor de 800 mm y una longitud de 10.000 mm.
Los materiales más indicados para trabajar con este gran ejemplar son en su mayoría acero, inoxidable, de baja aleación o derivados de éste, que tienen aplicación en industrias nucleares, energéticas, hidroeléctricas y térmicas.
Sus creadores afirman que con una máquina de este tipo se pueden fabricar piezas únicas donde antes se producían varias de menor dimensión que tenían que ser ensambladas posteriormente y que esto traerá consigo un acortamiento de los ciclos de producción, un descenso en los costes de fabricación, mayor rendimiento y otras ventajas derivadas de la investigación y desarrollo de esta tecnología.
Esta máquina está pensada para su utilización en ingeniería naval y aeronáutica principalmente aunque también se está encaminando hacia la metalurgia y petroquímica.
Ya en estos meses pasados se ha llevado a cabo la fabricación de una pieza del avión Comac C919 que se espera que esté terminado en los próximos meses. Esta pieza ha sido impresa en 3D con la tecnología de impresión 3D láser de la que nos hacíamos eco hace varios meses, y ya que se encuentra en la fase final de producción, los ingenieros han afirmado que han ahorrado más de 90% de material en la producción de la misma y que de pesar algo más de 1.600 kg, han logrado que pase sólo 136 kg, lo cual revierte también en el ahorro de combustible de la aeronave. Seguro que no tardaremos en recibir noticias como ésta proximamente cuando esta nueva impresora 3D esté en funcionamiento.
Lógicamente, el carenado de la moto de la cabecera de este artículo no está hecha con esta impresora, de hecho es una imagen relacionada con una colaboración de Stratasys y un estudio de diseño, aparecida en tctmagazine pero si representa un buen ejemplo de los usos que una impresora de metal y de grandes dimensiones podría tener. Las posibilidades son enormes cuando unimos personalización e industria, y mas aún cuando se trata de industrias que al consumidor le suponen grandes desembolsos, como la automovilística, por ejemplo.
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