Aunque han pasado ya algunos meses, la crisis del COVID-19 aún sigue con nosotros, por ello la impresión 3D se está reinventando para intentar resolver la escasez de suministros.
Con el ascenso del numero de infectados, las pruebas PCR siguen multiplicándose en todo el mundo. Para hacer este test, se necesitan hisopos nasofaríngeos.
Debido a la escasez de material sanitario que ha producido la pandemia del coronavirus. Uno de los productos más necesarios en el PCR, es una pieza de plástico flexible que se usa para tomar muestras de la boca y la nariz, el hisopo nasofaríngeo.
La impresión 3D vuelve a unirse al sector de la sanidad.
Desde la unidad de Biomarcadores y Señalización Molecular junto con el Laboratorio de microbiología del Hospital San Pedro, han desarrollado un hisopo imprimible de resina para impresoras 3D.
Los hisopos se encuentran en proceso de validación. El diseño ha sido optimizado para tratar de mantener el máximo arrastre de muestra en la punta del hisopo de los usuarios sometidos a la prueba. Siempre teniendo en cuenta la seguridad y la comodidad.
La empresa que crea las impresiones, está colaborando con la fundación Fundación RiojaSalud (Centro de Investigacion Biomedica de la Rioja CIBIR) El material elegido, es una resina dura y resistente, ligeramente flexible y con un tacto agradable. Aunque por el momento el hisopo se está testando, para comprobar su eficiencia antes de lanzarse al publico.
Si todo saliera adelante, se podrían imprimir en torno a unos 1.000 hisopos diarios en impresoras de resina. Gracias a la colaboración del área Maker de la Universidad de La Rioja, entre otras.
Como podemos apreciar, esta es una de las muestras de solidaridad en el mundo de la impresión 3D que siguen prestando su ayuda en la lucha del COVID-19.
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