Cada día descubrimos un nuevo ámbito en el que aplicar la impresión 3D, ya hemos visto casas, barcos, coches, armas e incluso implantes médicos hechos a través de la impresión 3D. En los últimos meses, se ha comenzado a ver la impresión 3D aplicada a la fabricación de bicicletas, siendo esta la mejor solución para diseñar una bicicleta personalizada que se ajuste en peso y tamaño al ciclista.
El estudio de diseño Triple Bottom Line, en colaboración con AKIBA, ha demostrado las posibilidades que la impresión 3D ofrece en la producción de bicicletas. Acaban de mostrar su primera creación, o por lo menos el primer prototipo de su bicicleta de carretera, la DFM01.
Triple Bottom Line hace referencia a la DFM01 como “la primera bicicleta de carretera realmente funcional del mundo realizada a través de la impresión 3D”, la mayoría de sus componentes están impresos en 3D a través de la tecnología de sinterización selectiva por láser (SLS) de titanio. La bicicleta, que pesa aproximadamente 6,9 kg, puede competir con otros modelos de fibra de carbono realizados con métodos tradicionales de fabricación, algo muy destacable para una bicicleta hecha de metal.
El aspecto más impresionante de esta bicicleta de titanio impresa en 3D es el hecho de que puede ser personalizada para cada ciclista de manera individual, teniendo en cuenta su peso, altura y otras preferencias personales.
Aún no se ha fijado precio final para este producto, pero se espera que sólo el cuadro cueste entre 3900€ y 5500€.
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