No es posible entender el fenómeno de la impresión 3D sin hablar del magnífico trabajo de divulgación y colaboración que desarrollan los llamados Fablabs. El propio Miguel Fernandez, colaborador asiduo de nuestra web, es el coordinador del Fablab de Valencia, actualmente en fase de inicio actividad.
Por eso, y para que podáis conocer de primera mano los principales Fablabs y lo que hacen, hemos decidido iniciar una serie de artículos en los que entrevistar a estos centros de trabajo colaborativo, en los que conoceremos sus actividades, sus protagonistas, etc.
Iniciamos la serie con el Fablab de León (España), y con le magnífico trabajo que están desarrollando, así que sin mas, os dejamos la entrevista que han tenido a bien concedernos, y que agradecemos profundamente:
i3d- La primera pregunta es obligatoria: ¿Qué es un fab lab?
Fablab León: Un FabLab es como un garaje de innovación donde se reúnen una serie de máquinas que permiten la fabricación digital (es decir, pasar del ordenador a la realidad los diseños de cada uno) tanto en impresión 3D como con fresadoras de control numérico o cortadoras láser. Gracias a eso son lugares donde los socios, o fabbers, pueden fabricar “casi” cualquier cosa.
Los FabLab están patrocinados por el Centro de Bits y Átomos del Instituto Tecnológico de Massachussets (el famoso MIT) dirigido por el padre de la Manufactura Aditiva, Neil Gershenfeld. Son la parte “oficial” de la Fabricación Digital y en ellos se puede recibir la formación del FabAcademy. Además, están conectados por vídeo conferencia con toda la red de FabLabs en el mundo, con lo que se puede preguntar a cualquier persona que los utilice cómo resolver un problema.
Los FabLab se rigen por el FabLab Charter y eso los diferencia de los MakeSpaces (que son “garajes” oficiosos) y el movimiento RepRap de reproducción de impresoras en 3D que en España se ha concentrado en Clone Wars.
i3d– ¿Cuándo y como empezó su andadura del Fablab de León, y quienes lo componéis hoy día?
Fablab León– La creación de FabLab León se produjo porque el director del mismo, Cesáreo González Álvarez, buscaba una acción de Responsabilidad Social Corporativa que fuera realmente útil para la sociedad. Buscando a finales del año 2010 una posibilidad se encontró con la Tercera Revolución Industrial o Internet de las Cosas y se puso en contacto con Neil Gershenfeld, que le recibió con los brazos abiertos.
Una vez informado de lo que era un FabLab y habiendo asistido a un Boot Camp en Barcelona (un curso en el que se explican todos los conceptos de la Manufactura Aditiva en una semana) decidió crear la Fundación tMA (Telice Magnetic Anomaly) y en agosto de 2011 estaba ya el local con las máquinas necesarias para ser un FabLab (fresadoras CNC, impresoras en tres dimensiones y cortadoras láser, aparte de un laboratorio de electrónica basado en Arduino), que se inauguró oficialmente a finales de noviembre de ese año.
En la actualidad hay más de una veintena de personas trabajando en nuestro espacio.
i3d– ¿Qué tipo de actividades desarrolláis?
Fablab León– El principal objetivo de nuestro FabLab, que no depende de ninguna institución pública y cuyo desarrollo ha sido totalmente privado es la creación de un espacio en el que las personas puedan llevar a cabo por sí mismas sus proyectos y un ecosistema de emprendedores. En 2012 sacamos una de nuestras impresoras en 3D a la calle, a la Escuela de Ingenierías y a un centro comercial, para que las viera el público. Ese mismo año ofrecimos cursos gratuitos de iniciación y en 2013, aparte de cursos más avanzados como Rhinoceros y Grasshoper somos una de las dos sedes españolas, junto con Barcelona, en la que se ofrece el FabAcademy 2013 y en la que tenemos una decena de personas que lo cursan.
Hay que tener en cuenta que FabLab León, al ser independiente de cualquier institución permite que todas las personas que quieran utilizarlo lo hagan sin restricciones, una vez que se apuntan como socios con unas tarifas parecidas a las de un gimnasio: Por 40 euros al mes tienen a su disposición 80 horas de máquinas y, lo más importante, la experiencia de los socios que están en él, que les permite consultar todo aquello que necesiten. No son sólo las máquinas, sino la experiencia compartida la que te hace avanzar a toda velocidad en tus prototipos.
i3d– ¿Con qué maquinaria contáis en vuestras instalaciones?
Fablab León– Para ser un FabLab se necesitan una serie de máquinas imprescindibles, que son impresoras 3D (de las cuales tenemos dos, una Makerbot Thing-o-Matic y una más avanzada HP DesignJet), una cortadora láser (Epilog de CO2), una fresadora de control numérico CNC de tres ejes de gran formato, una fresadora pequeña de tres ejes con escáner (Modela), una cortadora de vinilo (Roland), una plancha para hacer camisetas, una sala con una docena de ordenadores, un sistema de videoconferencia conectado con la Red FabLab y un laboratorio de electrónica basada en en la placa de hardware libre Arduino y Rapsberry Pi.
i3d– Cuál creéis que es la situación de la impresión 3d en España dia de hoy?
Fablab León– La situación actual de la impresión 3D en España es de un ascenso sorprendente. Hace poco más de año y medio muy pocas personas sabían lo que era y a día de hoy hay multitud de proyectos en toda España (sean FabLabs, MakeSpaces o el movimiento RepRap de Clone Wars) que hacen que nuestro país esté en la punta de lanza de la Fabricación Digital en todo el mundo, posiblemente los terceros o los cuartos tras Estados Unidos, Holanda y empatados con Alemania.
i3d.- Qué otros Fablabs hay en España?
España cuenta con siete FabLabs: Barcelona (que es el Central de España), León, Sevilla, Valencia, La Laboral de Gijón, Bermeo y los que se están constituyendo en Barcelona dependiendo del Central y en las Canarias. Además, se están constituyendo varios MakeSpaces (que serían los centros “oficiosos”) en Madrid (al que apoya FabLab León con todas sus fuerzas), en el País Vasco y en Zaragoza, ciudad que acogió una feria de impresión 3D de altísima calidad en febrero de este año.
Este desarrollo tan celérico, posiblemente causado por el momento de crisis que pasamos y que obliga a la gente a pensar en cosas nuevas, está llevando a que pequeñas empresas estén haciendo negocios reales vendiendo ‘kits’ de piezas impresas en 3D para que la gente se haga sus propias impresoras.
Por desgracia, el apoyo institucional, salvo en Zaragoza que sí han apostado por esta tecnología, fuera de las Universidades (los FabLabs de Gijón, Valencia y Sevilla dependen de ellas y el de Barcelona del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña) es muy escaso, ya que los políticos no están por la labor hoy en día de apoyar el I+D y les resulta muy extraño todo lo que es este movimiento. ¡Ojalá tomaran ejemplo de la Administración Obama! Pero la fortaleza del movimiento en España, con los apoyos ciudadanos que se están recibiendo, es síntoma de futuro para nuestro país y también en lo económico. No hay que olvidar que el español es un creador por naturaleza y cuando dispone de tecnología barata y divertida puede hacer cosas increíbles.
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