Una de las mayores aplicaciones que a día de hoy está teniendo la tecnología de impresión 3D ronda en torno a sus posibilidades en medicina y la utilización de estas máquinas para paliar patologías de todo tipo, desde prótesis hasta tejidos u órganos.
Hasta aquí todos podríamos pensar en todo lo que el ser humano es capaz de conseguir y alegrarnos de ello a la vez que albergar esperanzas con respecto al futuro. Sin embargo de todo esto se está derivando una cuestión que puede convertirse en problema.
La tecnología de impresión 3D y concretamente su aplicación en biomedicina crece a pasos de gigante, tan rápido que a veces la comprensión general del proceso y la aceptación de ello no llega a analizarse con detenimiento.
Aquí es donde, según Pete Basiliere, director de Investigación de Gartner Group Inc, empezamos a encontrarnos y podemos vernos en un breve periodo de tiempo. Según Basiliere, en un plazo no superior a 2 años, el uso de impresión 3D como herramienta en medicina estará más que cuestionado y su base radicará en un debate ético.
Por el momento, estas cuestiones no se han tenido en cuenta y aún están empezando a sonar sin que surtan ningún efecto. Todo ello unido a las amplias posibilidades y funciones que esta tecnología aporta a la medicina ha hecho que en el último año la demanda de impresoras 3D y escáneres con aplicación en este campo aumente considerablemente, al tiempo que las necesidades de los pacientes y el interés de los profesionales por investigar sobre ello.
Según Basiliere la impresión 3D de dispositivos médicos no vivos, como prótesis, es posible que escape a una valoración estricta, pero esto no ocurrirá en el caso de la impresión de órganos humanos y tejidos, donde la aceptación de esto puede verse comprometida con valores éticos.
Este sector está siendo uno de los más beneficiados por el desarrollo de la impresión 3D, como muestran algunos análisis. El pasado mes de agosto, la universidad Hangzhou Dianzi en China anunció que eran capaces de imprimir utilizando como materia prima células humanas vivas que habían sobrevivido durante un periodo de 4 meses.
Por su parte, Organovo hacía público hace poco, que el primer hígado impreso en 3D con posibilidad de implante en un ser humano puede ser una realidad en pocos meses.
Estos son algunos ejemplos de los múltiples que recogemos a menudo sobre el avance de la impresión 3D en la medicina, un avance que a juzgar por lo que dice Basiliere podría verse sometido análisis en cuestión de años.
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