En los últimos meses está siendo toda una revolución la explosión tecnológica que está suponiendo la impresora 3d y la impresión 3 de múltiples objetos de distinto tipo y utilidad, armas, juguetes, llaves, zapatos, bolsos, bicicletas o hasta cráneos y partes del cuerpo. Sin embargo la lista continúa y como declaraba el presidente Obama hace algunos meses “la impresión 3d tiene el potencial de revolucionar la manera de hacer casi todo”.
Hasta aquí todo parece alcanzable a la mente y entendido por nuestro pequeño gran complejo procesador mental de cada ser humano. Aparato de determinadas dimensiones, algo así como una fotocopiadora, capaz de “fabricar” cualquier objeto mediante la utilización de una impresora 3d. Pero, ¿qué ocurre cuando lo que deseamos imprimir va más allá de un artículo fácilmente manipulable por sus dimensiones?, ¿qué ocurre cuando nuestro objeto a imprimir con una impresora 3d escapa al tamaño convencional de aquello que encontramos en nuestra rutina diaria?
La tendencia más actual en el campo de la impresora 3d es experimentar con objetos colosales, es ser capaz de producir un algo de grandes dimensiones usando una impresora 3d que según y a tenor de lo que escribíamos hace algunos días en nuestra entrada “Impresión 3d al servicio de la ciencia y tecnología“ no superará en el mayor de los casos los 20 metros de altura.
¿Qué ocurre con aquellos objetos que superen ese tamaño tales como edificios, grúas, barcos…? La clave está en imprimir piezas individuales que según el proceso irán siendo ensambladas.
Llegado a este punto, la duda diverge en la forma de ensamblar cada pieza a través de tornillos y piezas de metal soldadas o depositar polímeros de una forma altamente organizada a través de un brazo robótico, algo así como actuaría una grúa de vertido, tal y como están estudiando Massachusetts Institute of Technology (MIT).
Otro método basado en lo anterior, añade la posibilidad de utilizar un carrito robótico que vierte material sobre la estructura que a su paso cada vez irá confeccionando una nueva capa del objeto a imprimir en 3d. Un estudio británico asegura poder construir una estructura hecha por toneladas de piezas interconectadas que pueden ser confeccionadas en sólo un día.
A partir de aquí las ideas fluyen en la mente de los investigadores y desarrolladores de sistemas, pero por lo pronto conocemos la existencia de un estudio de arquitectura holandés Janjaap Ruijssenaars que asegura tener terminado para el próximo año un edificio en construcción mediante este método. Su coste de momento, no parece tan alcanzable.
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