Mucho se está hablando estos días sobre la celebración de los Juegos Parlímpicos de 2014 en Sochi, Rusia. De ello, nosotros vamos a destacar una noticia que gira en torno al atleta alemán Martin Fleig quien competirá en esquí con un modelo de patín diseñado y fabricado con impresión 3D.
Fleig precisa que sus esquíes se adapten a unos requisitos muy particulares y para ello, los científicos del Instituto Fraunhofer para la Mecánica de los Materiales IWM han desarrollado uno modelo capaz de adaptarse a las necesidades de Martin.
Martin Fleig empezó a practicar este deporte con 9 años y hoy, con 24, sus circunstancias son bastante distintas a la de cualquier joven de su edad. Fleig sufre inmovilidad de las extremidades inferiores y mientras que la mayoría de los atletas profesionales eligen y confeccionan a su gusto y necesidades las herramientas que necesitan para desarrollar su deporte, en el caso de atletas con discapacidades físicas, esta opción es todavía casi imposible, según afirma el propio Martin Fleig.
Los científicos del Instituto Fraunhofer para la Mécanica de los Materiales han estado trabajando en colaboración con sus socios de investigación para poner en marcha un proyecto que ellos han bautizado como “tormenta de nieve” en el que se persigue un diseño ligero y muy estable que además esté adaptado a la fisionomía particular de Fleig pero que a su vez cumpla con los patrones estándar de todo aquel que se encuentre en las mismas circunstancias.
“Nuestro objetivo en este proyecto es encontrar distintas maneras de diseñar esquíes donde el atleta vaya sentado y que se pueden adaptar a cualquier persona en estas condiciones, teniendo en cuenta que el proceso debe ser lo más rentable posible”, explica el científico Fraunhofer Profesor Scherge.
Para llevar a cabo el diseño de los esquíes, lo primeros datos métricos que se tomaron fueron en relación a la posición óptima que debe tener el atleta al sentarse sobre ellos. Los científicos tuvieron también en cuenta que los patines deben ofrecer una mayor estabilidad al usuario, pues además de deslizarse sobre nieve desigual y a gran velocidad, hay que añadir el factor estrés que se une en los momentos de competición.
Para conseguir esto, los científicos de Fraunhofer llevaron a cabo distintas simulaciones por ordenador que determinan el peso estimado que debe soportar cada esquí.
Una vez hecho el diseño, los científicos se pusieron manos a la obra con la fabricación del primer prototipo impreso en 3D. Éste ha sido confeccionado usando polímero de poliamida 12 de alto rendimiento y embebidos con sensores para medir las tensiones que se producen durante el tiempo que se está utilizando. Los sensores también están presentes en los bastones de esquí con el objeto de registrar la fuerza transferida.
De momento, Fleig ya ha tenido oportunidad de probarlos en el Nordic Center Notschrei, en Alemania y en el campo de entrenamiento de Livigno, en Italia. Sus creadores esperan que sirva de utilidad para él y para muchos deportistas en su situación.
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