Aunque el mercado de impresoras 3D aún se encuentra ocupando un nicho dentro del mercado tecnológico a nivel general, cada vez son más comunes en empresas de todo tipo y en todos los campos de producción en los que trabaja el ser humano. Poco a poco también, estos aparatos se acercan a las manos de los usuarios convencionales amantes de las nuevas tecnologías y algunos investigadores consideran que en cuestión de pocos años las impresoras 3D no sólo estarán al alcance de cualquiera sino que será un elemento más de los que encontremos en nuestras casas.
Ya en los últimos meses, algunos grandes almacenes han incorporado entre sus productos electrónicos las impresoras 3D, y antes de finalizar el 2012, durante “los tres días locos” que celebró la cadena holandesa De Bijenkorf se podía adquirir un ejemplar de impresión 3D por el módico precio de 1.050€ .
Recientemente Rob Fraser, el director de la conocida cadena de comestibles del Reino Unido, SainsBury asegura que la incidencia de la impresión 3D en el consumo minorista será cuestión de poco tiempo y que para entonces habrá que esperar que el consumidor no quiera adquirir un artículo sino fabricar el suyo propio con las características que desee, aunque no desveló si su compañía va a incluir esta tecnología en su producción y tendremos que esperar aún hasta finales de 2013 para saberlo.
Solidoodle anunciaba hace algo más de un mes su compromiso con una marca de moda de la Europa del Este con la intención de abrir tiendas de moda y diseño por toda la citada zona. Para ello, la confección de las prendas y complementos se llevará a cabo mediante el uso de impresoras 3D y la primera tienda está prevista para el próximo verano.
Por su parte sabemos que en el mismo centro de Londres, iMakr prevé en escasamente una semana la apertura de una gran tienda donde poder encontrar impresoras, escáner y software aplicables a la tecnología de impresión 3D.
Pero si alguno es de los que se decide a hacer compras por la emoción del despegue del avión, SkyMall, la revista de compras más famosa de EEUU disponible en los asientos de los aviones con la intención de amenizar los trayectos de los viajeros y porque no, ganar algún cliente; ofrece impresoras 3D por unos 1.200€.
De momento el mundo de las impresoras 3D parece muchas veces quedarnos lejos y estar reservado para grandes empresas o ideas de negocio con alto poder de inversión, pero son noticias como ésta las que nos hace ser conscientes de que este invento de la tecnología que algunos consideran ya una revolución, invadirá nuestras vidas seguramente en poco tiempo.
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