Hace algunas semanas, en un evento sobre “La ciencia y la fabricación digital” organizado por la oficina de Política de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca para reunir investigadores y líderes de la industria que están apostando y estudiando sobre las nuevas tecnologías en la fabricación digital, llamó la atención las declaraciones de Dale Dougherty, editor y fundador de la revista MAKE quien afirmaba que la Fabricación Digital trata de cómo ayudar a la gente a hacer las cosas.
Esta declaración va más allá del mensaje literal que transmite y nos plantea la reflexión de si las impresoras 3d serán capaces de conseguir que ese mundo nos abarque a todos como público objetivo, dejando atrás la idea de técnicos y especialistas en la manipulación del citado aparato y finalmente y como se deduce de sus palabras acaban en manos del ciudadano de a pie en cuya mesa de trabajo o estudio se encuentra una impresora 3d.
Parece que los creadores de este aparato que tiene previsto revolucionar las leyes de la producción en cadena y su sustitución por la producción exclusiva, 3d System Corporation, están ocupados en si el citado artilugio cumple las expectativas de todos y cada uno de los seres humanos del eslabón social, desde los más pequeños hasta los adultos jubilados que en algún lugar de su casa cuenten con una impresora 3d para obtener aquello que hasta hace poco tiempo compraban.
Robustas, fiables y faciles de usar y transportar parecen ser los puntos fuertes en los que se quieren centrar sus creadores a raíz de un experimento llevado a cabo por el laboratorio MicroFab Lab en el que un empleado portando una impresora 3d deja caer el aparato sobre el suelo comprobando a posteriori que ésta continúa haciendo sus funciones sin alteraciones. Luego fue conducida en transporte por la ciudad de Nueva York y los baches del asfalto tampoco incidieron sobre la operatividad de este aparato. Sobre una mesa bajo la cual niños jugaban golpeando la misma afectando a su estabilidad, se comprobó que las impresoras 3d tampoco perdían su calibrado mientras estaban en funcionamiento.
De igual forma, 3d System Corporation afirmaba que cuando se diseña para los mercados, realmente se está diseñando para el consumidor final que debe encontrar en el producto un medio de ayuda para alcanzar su fin y no gastar su tiempo en trabajar sobre complicadas impresoras 3d que sólo pueden utilizar unos pocos profesionales especializados para los que uso o reparación está claro que será sencillo.
“Si las impresoras 3d se convierten en la corriente principal, debemos capturar la imaginación del mundo” terminaba afirmando este estudio de 3d System Corporation.
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