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La fundación CIM y una impresora 3D BCN3D Sigma ayudan a un nadador de 16 años en su rehabilitación

Un chico de 16 años ha recibido un impulso para su rehabilitación después de que dos estudiantes de la Universidad Politécnica de Cataluña aprovecharan la tecnología de impresión 3D de BCN3D para fabricar una aleta de natación ortopédica personalizada.

Pedro es un adolescente local, fanático de los deportes, que se quedó medio paralizado después de una hemorragia basal del ganglio izquierdo en agosto de 2012. Gracias a un largo período de rehabilitación, Pedro recuperó la mayor parte de su movilidad, excepto en su mano derecha, afectada por un trastorno del sistema nervioso central que dificulta el movimiento de los músculos.

Casi cuatro años después del derrame cerebral, dió comienzo un nuevo proyecto deportivo en el Club de Natacio I’ Hospitalet , un club de natación con una sección de natación adaptada y de nueva creación. Pedro estaba teniendo problemas con el posicionamiento de sus manos debido a los efectos del derrame cerebral, por lo que su entrenador y el presidente del club, se pusieron en contacto con el centro CIM de la UPC para discutir una posible solución.

Marc Roca e Inigo Martínez-Ayo, estudiantes del Master en Diseño e Ingeniería en Desarrollo de Productos de la UPC, fueron los encargados de resolver el problema. La pareja decidió que la tecnología FDM sería su mejor opción, creyendo que podrían ahorrar tiempo en las fases de prototipado y pruebas. Usando la máquina BCN3D Sigma , Marc e Inigo desarrollaron la aleta en cuatro semanas. Hicieron diez prototipos funcionales, en los que experimentaron con diferentes formas y materiales, dentro del presupuesto de solo 100 euros.


Marc e Inigo usaron Nylon, por sus propiedades mecánicas y químicas, y su durabilidad, flexibilidad y resistencia a la corrosión. También usaron PVA para imprimir soportes, lo que Marc, una de las ventajas de haber usado una Sigma de doble cabezal, pues no todas las impresoras permiten esa opción.

A las pocas semanas Pedro pudo utilizar su aleta de natación, y ha visto algunas mejoras notables en su rendimiento.. Desde que comenzó a usar la aleta, Pedro y su equipo de entrenadores del Club de Natacio I’ Hospitalet han notado mejoras en la posición y el movimiento del cuerpo; un aumento de la musculatura en la parte superior del cuerpo; y le ha animado a pasar más tiempo en la piscina.

Una historia con final feliz.

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