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La impresión 3D con metales, un paso más.


El mayor desarrollo de la impresión 3D hasta donde hoy la conocemos se ha producido dentro del campo de los materiales plásticos con una amplia variedad de éstos dentro del mismo. La tecnología en sí se está convirtiendo o casi podríamos decir que en algunas sociedades es casi ya algo más de la era de la tecnología.

Sobre impresión 3D hemos oído hablar a gran cantidad de presidentes de empresas que muestran su apoyo a una tecnología capaz de dar un vuelco a sus sistemas de producción, grandes compañías que aunque su actividad pueda no estar expresamente destinada a la producción, deciden apostar por el desarrollo de la tecnología de impresión 3D en todos los niveles, como es el caso de Deloitte hace algunos días. Eso por no hablar de la cantidad de objetos y productos cuyo sello de fabricación lo marca ya una impresora 3D. En campos como la medicina, esta tecnología ha supuesto un impulso crucial para mejorar la calidad de vida de muchos pacientes y salvar la vida de otros, y lo mejor es que aún está en fase de desarrollo por lo que esto puede ser sólo el principio de lo que nos quede por ver.

Está claro que la tecnología de impresión 3D está ocupando un puesto importante a distintas esferas, capaz de dar la vuelta a mundo en horas y poner en jaque a los sistemas de seguridad de los principales países mundiales al producir un arma capaz de burlar todos los controles.

Dicho esto, es hacer un breve resumen de lo que supone esta tecnología, aunque sí bien es cierto que para cualquiera que siga a menudo la actualidad, no hemos aportado nada nuevo.

Sin embargo, el mayor desarrollo de impresoras 3D y accesorios derivados se produce dentro del campo de los plásticos. Es extraño que en una semana no conozcamos el lanzamiento de al menos 3 impresoras 3D nuevas y la mayoría de ellas en sus primeros momentos funcionan con plásticos, aunque en sucesivos modelos superiores ya se incluyan otros materiales.

Como a nivel de electrónica, fabricar piezas en plástico no aportan todo lo necesario para diseñar complejos sistemas electrónicos, un equipo de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte han conseguido trabajar sobre metales líquidos para ser utilizados por dispositivos de impresión 3D. De esta forma, se crean estructuras con conductividad apilando gotas de una aleación de galio e indio y utilizando como método de impresión la Sinterización Selectiva por Láser, SSL, capaz de fundir capas de 20-40 micras de polvo de metal para crear piezas.

Las impresoras 3D pueden imprimir hoy día con multitud de materiales distintos, cerámica, madera, Nylon, sal, papel y sobretodo plásticos. Sin embargo el desafío más espectacular, junto con la impresión con células humanas es sin duda también, la impresión con metal.

Otro método puede ser inyectar metal en estado líquido en una plantilla de polímero. De esta forma, el metal adquiera la forma de la plantilla que a continuación se disuelve para dejar el metal libre y con la forma deseada.

De momento esos son sólo los primeros avances, aunque se está trabajando en encontrar la forma de llevar esta técnica a las impresoras 3D actuales, el principal problema se centraría en el coste de producción, ya que sería de 100 veces el del plástico actual. [embedplusvideo height=”360″ width=”600″ editlink=”http://bit.ly/13fCG3o” standard=”http://www.youtube.com/v/ql3pXn8-sHA?fs=1″ vars=”ytid=ql3pXn8-sHA&width=600&height=360&start=&stop=&rs=w&hd=0&autoplay=0&react=1&chapters=&notes=” id=”ep8246″ /]

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