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La impresión 3D de alimentos podría ayudar a la reducción de costes



Algunas compañías alimentarias ya estudian la impresión 3D de alimentos como forma de negocio.

Se están llevando a cabo varias investigaciones al respecto en varios laboratorios de EEUU aunque destaca la realizada por la universidad de Cornell en Nueva York y los aportes de Janne Kyttanen en materia de impresión 3D de alimentos, especialmente cuando se habla de elementos culinarios donde es conocida su apuesta por la libertad en la creación y el diseño del producto, convirtiéndole en uno de los innovadores en impresión 3D más considerados.

Hasta ahora la impresión 3D de alimentos, como pasta o bizcochos ha resultado exitosa, aunque cuando el material a imprimir resulta ser yeso o plástico, el proceso de elaboración requiere otras pautas.

Los motivos que centran la investigación en el caso de la llevada a cabo en la universidad neoyorquina se basa en que la parte de la economía doméstica que un consumidor destina al abastecimiento alimenticio es elevada y que focalizando el desarrollo de la impresión 3D en este sector podría abaratar en gran medida la contabilidad doméstica, a la vez de convertirse este usuario en un consumidor fijo de la impresión 3D si ésta llegara a cumplir sus necesidades.

La idea radica en seleccionar los ingredientes que desea incluir en su comida y conocer la forma que desea que ésta adopte garantizando al usuario fabricar tantos productos como éste desee.


Janne afirma en su investigación que la impresión 3D de alimentos de forma particular puede ayudar a la reducción de costes en economías domésticas y que ello debe ser extensible para las plantas de producción de las grandes empresas de la industria, aunque convencer a éstas del éxito financiero de la impresión 3D para alimentos, es tarea complicada que ayudaría, eso sí, a acelerar los procesos de dominio y desarrollo de las impresoras 3D.

Las claves del crecimiento de este medio, según el estudio de Janne Kyttanen , han de girar en torno a la innovación en el diseño del producto y una campaña de promoción única que podría ser la colaboración con una empresa de chocolate donde el cliente pudiera producir sus dulces según su gusto. De ahí, el finlandés asegura, hasta llegar a la impresión de una hamburguesa es sólo cuestión de tiempo y el esfuerzo habrá merecido la pena.

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