Parece que una nueva impresora 3d en el mercado quiere cumplir los objetivos que marca el público del citado sector jugando en las principales categorías solicitadas por aquellos a los que van dirigidas, habiendo alcanzado un objetivo de 200.000 $ sobre un inicial marcado de 30.000.
Las impresora 3d RigidBot van dirigidas a principiantes en la impresión 3d usando como principal material de producción el plástico aunque se encuentra más opciones en su página de Kickstarter.
Si hace algunos días hablábamos que los requisitos exigidos giraban en torno a a la resistencia, de fácil transporte y facilidad en el uso, parece que la nueva impresora 3d RigidBot cuenta con algunos de esos factores y otros muy importante no tenidos en cuenta entonces, ¡precio y rapidez!.
RigidBot asegura, y repite en varios momentos, la facilidad de uso convenciendo a su público de la comodidad que supone construir determinadas piezas en tu propia casa, derritiendo el material y empujándolo a través de un brazo de cola caliente confeccionando las capas diseñadas de abajo a arriba.
Otra ventaja de la impresora 3d RigdBot es que se puede adquirir directamente montada o en piezas para armar siendo su construcción de fácil proceder, permitiendo la creatividad del diseñador de las futuras piezas a imprimir y asegurando el volumen de producción de los futuros objetos aportando rapidez a la fabricación.
Pero el punto fuerte defendido por la impresora 3d RigidBot son el precio de sus unidades, oscilando éstos según tamaño entre los 300 y 450$ en el caso de los ejemplares más pequeños y los 530 y 730$ los de tamaño superior incluyendo la opción de añadir una pantalla LCD con lector de tarjetas por 175$ más.
Estas impresoras 3d compiten con las hasta ahora más conocidas del mercado, MarkerBot, Replicator2 y con la hasta este momento más económicas, las Solidoodle. Lo que diferencia a las impresoras 3d RigidBot de sus competidores son su facilidad en el uso y su accesibilidad financiera.
Se trata de un precio de los que podríamos situar en la parte baja de la tabla. De hecho, una impresora 3d por menos de 1.000 euros ya podemos considerarla como una impresora 3d de gama baja. Está por ver el recibimiento que tendrá, ya que muchos opinan que una impresora 3d de gama baja tiene muy poco recorrido. Es decir, es muy asequible y sirve para aquellos que tengan curiosidad por probar esto de la impresión 3d, pero no servirá para producir nada medianamente complejo, ni nada que sea vendible. Eso hará que muchos de sus compradores enseguida la encuentren demasiado limitada, y pongan el ojo en otras de mayor calidad y también precio.
En cualquier caso puede ser una opción interesante para aquellos que se quieran iniciar y entiendan que no pueden esperar mucho de esta impresora 3d, mas allá de una primera aproximación a un mundo que pronto les pedirá mayores prestaciones.
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