Ya en varias ocasiones hemos hablado de la aplicación de las impresoras 3D en el mundo de la arquitectura, de cómo sería su tamaño, del procedimiento que podrían seguir para darle forma a las construcciones y hasta hecho referencia a la existencia de un proyecto llevado a cabo por un estudio holandés para imprimir una casa en 3D.
Hoy sabemos algunos detalles sobre este impresionante avance que aún hoy, sabiendo que se está convirtiendo en una realidad, desafía la imaginación de muchos.
Sabemos que estará situada a orillas del canal de Biuksloter, en Amsterdam y que el proyecto lo está desarrollando el estudio Dus Architects quienes con esto están a las puertas de convertirse en unos genios tanto en su sector como dentro del mundo de la impresión 3D.
El edificio, totalmente personalizado, supone la transformación de gráficos plasmados en pantallas de ordenador en una construcción real dispuesta a albergar el día a día de cualquiera. Para su construcción se sustituyen los tradicionales morteros y ladrillos por filamentos de polipropileno, plásticos reciclados y bioplásticos y fibras de madera.
El impresionante aparato, que está desarrollando esta idea, es la impresora 3D KamerMarker. Y digo impresionante no sólo por sus dimensiones, sino por estar considerada una joya entre los entendidos. De aspecto metálico brillante y con unas medidas algo desorbitadas si las comparamos con las impresoras 3D de las que estamos acostumbrados a escuchar, aunque no tan exageradas cuando pensamos cuál es su verdadera función, 3,5 metros de alto por 2 metros de ancho es lo que ocupa esta imponente máquina.
Por mucho que intentemos imaginar, está claro que de una altura de 3,5 metros no sale una casa así porque sí, igual que puede salir un jarrón, un anillo o cualquier otro objeto, sobretodo cuando la citada construcción alcanzará un alto de 6 metros. Efectivamente, no estamos tan desencaminados. El procedimiento de impresión en este caso es algo más complejo que el convencional. Las piezas que vayan componiendo poco a poco la citada edificación, tabiques, columnas… serán poco a poco impresas en 3D por la impresora KamerMarker y poco a poco éstas irán siendo ensambladas conforme se vayan terminando.
Cada pieza será impresa 3D, primero a una escala 1:20 para crear el prototipo, y a continuación la pieza final. Cada una se imprime capa por capa, en el lugar de la construcción y están enlazadas unas a otras gracias a unos cables de acero con los que se cose cada parte de la estructura. Colocando cada pieza en su lugar correspondiente, la construcción será algo parecido a un rompecabezas o un lego y su construcción se comenzará con las paredes exteriores del edificio, para continuar con los techos, las habitaciones individuales y finalmente el mobiliario.
Para final de este año la fachada debe estar completamente impresa, para contemplar el resultado final aún nos quedan varios años, aunque seguro que no tantos como pensamos pues este artilugio de impresión 3D es capaz de imprimir una habitación individual en sólo un día.
Sus arquitectos Hedwig Heinsman y Hans Vermeulen, dicen sentirse sensiblemente emocionados con el proyecto que están desarrollando, tanto que la impresión de las piezas la están realizando al aire libre para que lo curiosos que lo deseen puedan contemplar la máquina y el proceso. Cuando la construcción esté terminada, funcionará como un centro de investigación y escaparate para la tecnología de impresión 3D. En estos momentos Heinsman y Vermeulen afirman que su industria se encuentra a la vanguardia de una nueva Revolución Industrial.
Pero no es el único caso de construcción con impresoras 3D. Si sorprendente nos parece la KamerMarker por sus dimensiones y por su utilidad, no hay que olvidar que a principios de 2014 está programada la construcción de una vivienda cuyo material principal será la arena del lugar en el que esté ubicada. La construcción será llevada a cabo por la impresora 3D D-Shape y su arquitecto Janjaap Ruijssenaars.
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