La empresa BRECA Health Care ha puesto en marcha un proyecto empresarial que proporciona el soporte técnico a investigadores que quieran avanzar en la bioimpresión 3D de tejidos.
Regemat 3D es una start up que ha colaborado con el proyecto de regeneración de cartílago llevado a cabo por el Centro de Investigación Biomédica, especialista en tratamientos celulares. Se intentó regenerar cartílago mediante la inyección de células pero no funcionó, así que el equipo de Regemat 3D pensó en realizar un polímero biodegradable impreso en 3D. Según José Manuel Baena, “En 2014 avanzamos en algoritmos propios para imprimir biomateriales, creando la primera estación de bioimpresión 3D con software y electrónica desarrollados específicamente para esta aplicación”.
Para pasar de la fase de cultivos en 2D a 3D se está colaborando con la Universidad de Granada, el Hospital de la Paz de Madrid y el CSIC, además de una empresa del sector farmacéutico.
Aunque por ahora la bioimpresora 3D de Regemat imprime en varios biomateriales y la primera versión de software está optimizada para la regeneración de cartílago, se espera que en un futuro se pueda utilizar para crear huesos, piel u órganos. “Los biomateriales son el futuro de la medicina regenrativa”, insiste Baena.
Regemat 3D acaba de lanzar su página web donde explican las posibilidades que ofrece su tecnología 3D y la pone a disposición de cualquier grupo de investigación que trabaje con tejidos y quiera acelerar la llegada a la fase clínica de sus proyectos.
El fundador de la empresa andaluza espera poder acelerar los avances médicos en el área de la bioimpresión 3D, aunque reconoce que no será inmediato. “Nosotros somos ingenieros. El desarrollo biológico tiene que venir de nuestros partners, de aquellos que quieran hacerse con nuestra bioimpresora 3D para agilizar sus investigaciones” aclara Baena.
El precio de algunas bioimpresoras 3D alcanzan los 140.000 euros, sin embargo, el de la creada por Regemat 3D ronda los 9.000 euros, ya que han querido poner un coste que sea asequible para los diferentes laboratorios interesados y, así, democratizar la investigación sobre bioimpresión 3D.
Fuente: El Mundo
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