Sainsbury, una de las mayores cadenas de supermercados, ya prepara su estrategia para adaptarse al desembarco masivo de la impresion 3d.
Sainsbury no es una empresa cualquiera. es la tercera mayor cadena de supermercados en el Reino Unido con una cuota de mercado del 16,5% y que posee también importantes intereses en sectores como la banca o inmuebles.
Pues bien, esta pequeña empresa tiene un imporante departamento de IT, que según informa v3.co.uk, una conocida pagina británica de noticias relacionadas con las tecnología, está preparando su estrategia para adaptarse a lo que está por venir con la impresión 3D, que según predicen, supondrá un cambio radical para el negocio de supermercados. Hasta ahora no nos habíamos parado a pensar en lo que supondrá la impresión 3d para los supermercados, por lo que nos ha parecido interesante hacernos eco de la noticia.
Según Rob Fraser, nada menos que el Director General de Departamento de IT de la empresa, están analizando el impacto que la impresión 3d puede tener en su negocio, buscando formas para sacar ventaja a sus competidores. Según parece este tema ya se abordó en la empresa hace años, de forma interna. Sin embargo, ahora la tecnología es cada vez más popular, por lo que Fraser entiende que es necesario ver más detalladamente las posibles repercusiones que pueda tener en el sector minorista: “Tenemos que prepararnos para el hecho de que los consumidores pronto no quieran comprar un iPhone preempaquetados, sino que prefieran construir y diseñar sus propios teléfonos,”, dijo Fraser.
Aunque no tengan claro cuales van a ser las consecuencias de la impresión 3d, si tienen claro que es probable que tenga un impacto de largo alcance en los minoristas en los próximos años, dijo Fraser: “El gran desafío es que no sabemos lo que viene pero debemos prepararnos para él. La tecnología está cambiando a un ritmo que no podemos predecir. Tecnologías que no podemos predecir pero que estarán con nosotros en un plazo de cinco años,”, dijo Fraser.
“Cuando me reúno con Microsoft y Google, que trato de hacer al menos dos veces al año, les pregunto sobre lo que traerá el futuro, que aportarán ellos a sus clientes. Me interesa, por ejemplo, ver qué tipo de características lanzará Microsoft en Windows 9.2.”
No se a vosotros, pero a mi encanta ver a estos ejecutivos de empresas multimillonarias rebanándose los sesos intentando saber cómo va a cambiar su mundo la impresión 3d, y como pueden adaptarse o al menos salir lo menos perjudicado posible.
Menudo papelón ser quien tiene que decidir el rumbo a tomar cuando es tan dificil predecir las derivadas que tomará la impresión 3d. ´Da la sensación de que Sainsbury sabe que tiene que mover ficha pero no sabe cual. Sabe que las impresoras 3d son una amenaza al estatus de distribución comercial tal y como lo conocemos, pero no saben exactamente predecir cual va a ser el nuevo escenario.
Saben de lo que pronto serán capaces las impresoras 3d, pero no saben hasta que punto formarán parte de nuestra vida diaria o si solo serán productos geek reservados a perfiles muy tecnológicos, aficionados al diseño etc. Saben, en resumen, que el dinero va a moverse por caminos distintos a lo que lo hace ahora y la sensación que nos da es que se están volviendo literalmente locos intentando saber como aprovechar esa ola.
Será un ejercicio apasionante hacer el seguimiento de qué movimientos hacen unos y otros para adaptarse a las impresoras 3d y su revolución, y así poder ver dentro de cinco años cómo les ha ido a cada uno. No hay empresa lo bastante grande como para sobrevivir sin adaptarse a un cambio: ejemplos de ello son Kodak, y si Dios no lo remedia, Blackberry. Veremos quienes triunfan, y quienes muerden el polvo.
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