Médicos del Instituto Feinstein para la Investigación Médica consideran que es posible crear un segmento traqueal biodegradable con células del paciente, ayudando así en las intervenciones más complejas.
Los tratamientos que se empleaban tradicionalmente para las enfermedades traqueales, hoy día, se realizan eliminando el segmento traqueal que se encuentra afectado.
Según palabras de uno de los doctores de este instituto: “la impresión tridimensional y la ingeniería tienen el potencial de poder diseñar prótesis de sustitución traqueal totalmente personalizadas para el segmento a sustituir, intercambiándolo y evitando tener que retirarlo”.
Para crear este cartílago, el equipo utilizó una mezcla de células conocidas como condrocitos, que son alimentadas y después se mezclan con colágeno para unir todas las células. Pero para conseguir el segmento definitivo fue necesario construir un andamiaje recubierto con los condrocitos y el colágeno.
Según el doctor Todd Glodstein, médico de este instituto, “Crear una tráquea es un campo totalmente desconocido”. “Tiene que ser lo suficientemente rígida para poder soportar la tos, los estornudos, además de muchos otros cambios en la presión; pero también ha de ser lo suficientemente flexible para que el cuello pueda moverse con total libertad”.
Lo que se ha conseguido con las Impresoras 3D es construir andamios tridimensionales con los que los cirujanos pueden examinar inmediatamente y después modificarlos en tiempo real. Para el instituto Feinstein fue de gran ayuda las impresoras 3D de la empresa MakerBot, pues consideraron que su sistema de diseño era el mejor, además de ofrecer asesoramiento sobre como modificar la impresión e imprimir con biomateriales.
Glodstein y el resto de doctores, crearon tres tipos de segmentos: vacíos, de control sin células y los que estaban combinados con células vivas. Las células sobrevivieron al proceso de impresión, y se consiguió fabricar un segmento con las propiedades celulares que se esperaban. Además, considera que el próximo paso será integrar la impresión tridimensional y la ingeniería de tejidos para producir piezas de recambio biológicas totalmente personalizadas.
Durante el proceso, los investigadores emplearon “bio-tinta”, que debía de permanecer a temperatura ambiente y curada en gel sobre una placa de climatización. A medida que la tinta se adhiere a los bio-andamios, se coloca en un “biorreactor”. Los resultados del trabajo se presentaron ante la Sociedad de Cirujanos Torácicos.
Aunque este método requerirá ser aprobado por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos, los médicos aseguran que dicha asociación podrá otorgar a los pacientes una excepción concebida como terapia compasiva que permitirá a los pacientes firmar a favor de que experimenten con ellos.
Parece que la impresión 3D no dejará de sorprendernos ni de ayudar a que los avances en medicina toquen techo.
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