La empresa americana Pelican Imaging, ubicada en la ciudad californiana de Mountain View, estudia el proyecto de desarrollar una cámara que capture vídeos y que acoplada a un terminal de telefonía móvil, grabe escenas que mediante un sencillo proceso puedan ser impresas en 3D con el trabajo de una impresora 3D.
Este dispositivo está aún en fase de desarrollo y los ingenieros e investigadores de la empresa estudian su viabilidad y su posible salida al mercado en los próximos años.
La nueva tecnología estaría indicada para teléfonos smartphone y está compuesta por un conjunto de 16 lentes que capturan imágenes fijas y en movimiento de la realidad y el entorno que rodea, secuencias en vivo, a modo de vídeo que sirven a los usuarios para grabar momentos y escenas.
A simple vista nada nos sorprende. No hay nada extraño es un accesorio que parece estar diseñado para grabar y que de primeras parece no diferir mucho de cualquiera de los sistemas de vídeo con los que cuenta cualquier teléfono móvil.
Sin embargo, la más poderosa fuerza con la que cuenta esta nueva tecnología reside en su capacidad de post-procesamiento y cómputo sofisticado. Una vez tomadas las primeras imágenes, los usuarios pueden volver a enfocar y llevar a cabo una serie de post-capturas que se producen con posterioridad a la primera. Se puede reparar en detalles como la selección de objetos interés, medir la distancia entre dos puntos o crear un modelo de mapa en 3D que permita conocer la profundidad de cualquier escena.
Una vez que las escenas son capturadas, se puede imprimir ésta o partes concretas de ésta a través de una impresora 3D.
Este accesorio para smartphone tiene una dimensión de 3 mm menos de espesor con respecto al resto de cámaras de fotos y vídeo, lo cual la convierte en un 50% más delgado que cualquier cámara de teléfono móvil actual. Está considerada como la primera cámara para teléfonos móvil capaz de capturar vídeos a una resolución de 1080p.
Su modo de funcionamiento es aparentemente sencillo, por lo que muestran las imágenes del siguiente vídeo. Basta con capturar las escenas que queremos imprimir en 3D, ya sean fijas o en movimiento y seleccionar aquello que queremos imprimir. Una vez hecho esto, el usuario se dirige hacia una impresora 3D compatible con este sistema y a través de un cable transmite aquello que desea que sea impreso en 3D. De forma aparentemente fácil y rápida, obtenemos una réplica modelada en 3D.
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Como decimos de momento este dispositivo está en fase de desarrollado y si los resultados auguran un éxito del producto, éste podría ser lanzando al mercado a finales del año 2014.
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