Un informe emitido estos días por la empresa de consultoría global McKinsey & Company han determinado que la rápida evolución y desarrollo que está experimentando la tecnología de impresión 3D tendrá consecuencias perturbadoras y desequilibrios productivos para la economía mundial.
Según el informe, la impresión 3D se encuentra entre las 12 tecnologías disruptivas y en los próximos diez años generará un impacto en la economía superior a los 500 millones de dólares. Por ello, McKinsey sugiere que los altos ejecutivos de las principales empresas deberían comenzar a prepararse para estos cambios de tendencia.
Entre los cincos efectos que a medio plazo, McKinsey & Company prevé que se sucedan, se señalan los siguientes:
1. Acortamiento de los ciclos de desarrollo de los productos. Esto se debe, en mayor medida cada vez, a la caída de los precios de las impresoras 3D como resultado de un avance rápido y una mayor oferta. Con esto, un mayor número de empresas tienen acceso a su utilización y adquisición y pueden ofrecer a sus clientes mejores servicios al mismo tiempo que obtener prototipos de forma rápida. Todo esto conlleva un ahorre de tiempo y coste en el desarrollo de productos y una retroalimentación más rápida y detallada.
En relación a esto, McKinley predice que el uso de la impresión en 3D, tanto para la creación de prototipos como para la fabricación de productos finales va a seguir creciendo y va a contribuir a aumentar la velocidad de producción.
2. Nueva fabricación. En 2011, sólo el 25 por ciento del mercado de la impresión 3D estaba directamente implicado en la fabricación de productos finales, pero estas cifras se están invirtiendo y el porcentaje está aumentando a una tasa anual del 60%. Esto se ve reforzado en gran medida por lo anterior pero también por la mejora de los materiales de impresión 3D y el descenso de los precios de éstos que hacen esta tecnología rentable cuando se trata de crear productos específicos y a bajo volumen.
3. Cambios en los beneficios. Que una de las fortalezas de la impresión 3D sea su capacidad para personalizar productos, implica que los clientes y sobretodo las empresas tendrán que adaptarse a ello, ya que esto requiere nuevos modelos de producción donde consumidores y proveedores pueden terminar intercambiando sus funciones.
4. Nuevas posibilidades. La impresión 3D aporta nuevas posibilidades de diseño. Las empresas están empezando a ser conscientes de ello y están somentiendo a sus plantas de producción a nuevas reestructuraciones que permita una respuesta rápida a cada posible estímulo del mercado.
5. Nuevos competidores. La impresión en 3D reduce los costos en herramientas y ello hace que sea más barato la fabricación a volumen bajo. Esto puede provocar una proliferación de empresas que se especialicen en diseños a medida, complejos o de rápida entrega, que a la larga se conviertan en importantes competidores.
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