El ex peluquero Bernie Craven está creando prótesis para niños hechas a partir de botellas viejas de champú de plástico recicladas e imprimiendo en 3D el plástico extruido.
Impresión 3D, Reciclaje y prótesis para niños
“Reciclando plástico para dar una solución verdaderamente heróica a niños“, así se define lo que Bernie Cravern hace actualmente con impresión 3D y botellas de plástico recicladas.
A medida que avanza la guerra contra el plástico, Bernie Craven se inspiró en su trabajo como peluquero para convertir las botellas de champú de plástico usadas en algo extremadamente útil.
Con una impresora 3D, Craven está creando prótesis asequibles para los niños.
Bernie Craven, montando una prótesis con piezas impresas en 3D.
“Como peluquero durante más de 40 años, sabía la cantidad de residuos que pasaban por las peluquerías, y hay un momento en el que tienes que ser responsable de lo que produces…. Hay gente en todo el mundo que imprime en 3D con un filamento normal, pero no veo a nadie que realmente utilice materiales reciclables para hacerlo”, dice Craven.
“Estamos resolviendo un problema y ayudando con otro porque estoy descubriendo que hay mucha gente que necesita prótesis pero no puede pagarlas“.
Craven ha estado trabajando en este concepto, llamado Waste Free Systems, durante dos años, investigando cómo reciclar plástico y convertir la basura en un tesoro.
Los primeros en beneficiarse de la genialidad de Craven fueron Haley Wright, de doce años, y Connor Wyvill, de once, de Australia, ambos nacidos sin su mano izquierda.
Haley explica que, con su prótesis impresa en 3D, es capaz de realizar una amplia gama de tareas con mayor facilidad, como por ejemplo: “Saltar, atarme el pelo, ese tipo de cosas.”
Haley y Connor, los primeros niños que obtuvieron sus prótesis hechas con impresión 3D y plástico reciclado.
Un cambio de vida por muy poco dinero
Para producir las prótesis, Craven trabaja con 38 salones en Queensland, Australia.
“Recogemos las botellas de plástico y otros tipos de plástico, los llevamos a nuestro almacén, los clasificamos y luego los trituramos“, explica Craven. “Lo pasamos por la extrusora y lo convertimos en filamento 3D, para después imprimir en 3D las prótesis.”
Se necesitaron nueve horas para imprimir el primer prototipo de prótesis y 42 metros de plástico.
Craven añade que, aunque todavía en fase de prueba, cree que se necesitarán entre 15 y 20 botellas para producir una mano protésica. Por último, para unir las prótesis, se donaron kits de mano fabricados por e-NABLE.
Haley y Connor están probando las prótesis. Si todo va bien, las prótesis impresas en 3D recicladas estarán disponibles comercialmente.
Quinn cree que la prótesis le dará confianza a Haley en su adolescencia. Mientras tanto, Connor está deseando empezar la escuela secundaria con su mano protésica, añadiendo: “Será un gran paso, ir a una nueva escuela, pero también ir con dos brazos… será bueno poder hacer cosas que no puedo hacer en este momento”.
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