Si usted vive en uno de esos países en los que protestar o alzar la voz de forma discordante puede suponer que usted vaya a la cárcel, o a un centro de psiquiatría, el ingenio y la creatividad alcanzan un gran valor a la hora de burlar la ley.
Con el fin de eludir una nueva ley que prohíbe la producción e importación de productos de encaje, una empresa ha recurrido a la impresión 3d, fabricando estas piezas de ropa interior 3d por su cuenta.
Una marca de ropa interior con sede en Alemania (Lascana) encargó a la diseñadora rusa Victoria Anoka la creación de un conjunto de ropa interior 3D tras la imposición de una nueva ley en la Unión Euroasiática en la que se prohibía toda importación, producción y venta de ropa interior de encaje sintético.
Para conseguir eludir esta ley restrictiva, Anoka decidió utilizar una compañía de impresión 3D con sede en Moscú (3D printus) para poder hacer realidad esta ropa de lencería de dos piezas, formada por un sujetador (top) y una braguita pantalón. El conjunto está realizado completamente de Nylon y cuenta además con el detalle del diseño de una concha y una perla, que Lascana presentó de forma oficial en Geek Picnic, una feria anual de ciencia y tecnología que tiene lugar en San Petersburgo.
“Estamos abriendo un campo de futuro a través de una tecnología incipiente como es la impresión 3D. Es increíble que seamos la primera empresa rusa en demostrar que se pueden hacer ropa interior 3D con una impresora” decía orgullosa Ksenia Shilkina, Director general de Lascana.
Quizás en este caso no parece que el resultado del conjunto de lencería sea aún el más satisfactoria, ya que según palabras de la propia modelo que lo lució (Anastasia Belousova), era original pero no del todo cómodo. Sin embargo, supone un antes y un después en la introducción de la impresión 3D en un sector de actividad de actividad como es el textil, apuntando todo a que en un futuro cercano va a ser posible imprimir ropa interior 3D suave y confortable.
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