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Si lo hubiera sabido antes…

La impresión 3D tiene su curva de aprendizaje, y a veces, esa curva en vez de una suave pendiente adopta la forma de escalera.

Nos referimos a esas épocas en las que no avanzas, seguro que os ha pasado, y de repente, cuando estás a punto de tirar la toalla, descubres un truco que no conocías, una configuración que no habías probado, una rutina, lo que sea. Algo que simplemente cambia todo, y te hace subir un escalón.

Cuando eso ocurre, se entremezclan los sentimientos: alegría por el salto cualitativo, y en paralelo, una fugaz sensación de frustración por esa voz interior que te dice «si lo hubiese sabido antes…» Y es que efectivamente, la impresión 3D está llena de escalones que producen esa sensación de haber perdido semanas o meses hasta que por fin das con la clave.

Por eso, en homenaje a esas veces en las que hemos pensado «ojalá lo hubiese sabido antes», hemos recopilado unos cuantos de esos momentos en los que se produce un salto evolutivo que nos hace mirar hacia atrás casi con desprecio por lo ignorantes que éramos ayer. No vamos a hacer una recopilación muy extensa, mas bién queremos proponer el tema, y que seáis vosotros mismos los que vayáis incorporando vuestros propios «si lo hubiera sabido antes» en base a la experiencia de cada uno.

Sin mas, vamos allá:

Muchas Impresoras 3D FDM tienen sistemas de nivelación manual, y la paciencia hace que no prestemos la debida atención a este factor crítico.

Te aconsejamos que, sobre todo al principio, dediques tiempo y paciencia a aprender a nivelar la cama de la impresora 3D como un experto.

Sin embargo, si la paciencia no es lo tuyo, no hace falta que pagues un dineral para evolucionar tu impresora 3D y dotarlo de un sistema automático de nivelación. Hay formas caseras, piezas diseñadas para ayudarte a nivelar la cama caliente, y que cuando empiezas a usarlas te preguntas, «¿por qué he tardado tanto en hacer esto…?»

Se trata de sencillas piezas adaptadas a cada impresora que permiten montar un medidor de precisión que podrás poner a cero a la altura deseada. Así después solo tendrás que repetir en el resto de puntos de la base. Hay para muchos modelos, como este para la Replicator. Como se aprecia, la pieza impresa sostiene un medidor o calibre de precisión, dotado de una punta con el que medir la distancia a la base.

Una vez que lo pones a la que quieres que sea la distancia deseada, lo pones a cero y vas haciendo lo mimo en el resto de esquinas. Así consigues la misma distancia siempre, de forma económica.

sistemas automatizados

Usa material de adhesión como Dimafix

Que las instrucciones de tu bobina diga que no necesita cama caliente o que el filamento es tan bueno que no va a sufrir warping, no significa que no puedas ser precavido.

Al final estás quemando termoplástico, que al calentarse se funde, se dilata y después se enfría y contrae, y por bueno que sea el material, son muchas las fuerzas que intervienen en el proceso de impresión 3D.

No son ceros y unos sujetos a las infalibles leyes de las matemáticas, sino la impredecible y cambiante física, así que no está de más reducir riesgos y ayudarte de un adhesivo como dimafix y no seas tan conservador en el uso de la cama caliente, a veces esa pequeña ayuda es la diferencia entre imprimir a la primera o tirar la pieza a la basura.

Agotado

Usa un buen software de slicer

No te conformes con el software que te proporciona el fabricante, salvo que no te quede mas remedio.

Al final, las opciones que mejor funcionan son Cura, PrusaSlicer, que son gratis, y Simplify3D, que es de pago pero merece la pena si te lo puedes permitir.

Cura es una opción muy flexible. Quizás un poco complejo si no estás acostumbrado. PrusaSlicer, al igual que Cura, trae perfiles predeterminados para materiales, aunque deberás configurar las medidas de tu impresora 3D si no es una Prusa.

Por otro lado, Simplify3D es caro, si lo comparas con lo que te has gastado en la impresora 3d y dada la importancia de disponer de un buen software, puede no ser una mala opción. Un buen software no solo reducirá tiempo de procesado. También hará que la impresora imprima mejor, y eso es algo que no todo el mundo quiere entender. No se trata de que sea mas bonita la interfaz o que procese el diseño mas rápido. Es que realmente imprimirás mejor, simplemente.

No te canses, lo bueno es mejor que lo malo. Esa máxima se cumple también con el filamento, pues en definitiva está compuesto de plástico y pigmento, y el sistema de fabricación, bobinado y control de diámetro pueden ser mejores o peores, según el dinero que el fabricante quiera gastar en maquinaria y personal, inversión que luego te repercutirá en el precio.

Así que el filamento bueno te dará mucho mejor resultado que el malo. Puedes pensar que no, pero que el hilo tenga de verdad 1,75 mm de forma continua sin saltos de calibre que atasquen tu extrusor, es muy importante.

El buen bobinado que no encierra nudos traicioneros que dan al traste con tu impresión tras horas de espera. También es importante un buen sellado al vacío o hermético que garantice la protección frente a la humedad (la mayoría de filamentos, como en el caso del filamento PLA, son higroscópicos, es decir, absorben la humedad del ambiente).

Tampoco se trata de buscar el filamento más caro que te puedas permitir, pero huye de los cantos de sirena, y de esos tipos de un grupo de Telegram que dicen conocer a un tipo que vende un filamento magnífico a 8 euros por que la marca no es todavía muy conocida.  Seguro que conoces gente que vive en constante proceso de prueba y error, en busca siempre de ese filamento barato que le de el mejor resultado posible, aunque por el camino sufra toda suerte de reveses. No sigas su ejemplo.

Móntate una cámara si vas a desatender la impresora

Parece un lujo innecesario, pero si imprimes piezas grandes, seguro que has experimentado esa ansiedad de irte de casa, dejar la impresora funcionando, y pasarte el día entero preguntándote si estará saliendo bien la pieza. ¿Se habrá ido la luz? ¿se habrá atascado? warping? etc. Si has experimentado esa sensación, estarás de acuerdo en que no merece la pena. No es dificil montar un sistema que te permita vigilar remotamente la impresora y pararla si es necesario. una vez que lo empiezas a usar, no entiendes como podías haber estado tanto tiempo imprimiendo a «ciegas».

Puedes usar un sistema tipo Octoprint, aunque hay muchos. Hay incluso una aplicación para vigilar y controlar la impresora 3D desde el móvil, como esta de Printoid.

Estas son solo algunas ideas. Os invitamos a que incorporéis vía comentarios vuestros propios «si lo hubiera sabido antes» de la impresión 3D! Puede ser divertido y muy práctico.

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