Uno de los campos dentro de la tecnología de impresión 3D con un alto potencial de desarrollo sigue siendo el de la investigación en materiales de impresión. Existen multitud de materiales sobre los que se está experimentando para su aplicación en esta tecnología y cada día nos sorprenden ejemplos nuevos de filamentos de impresión 3D.
Nada se resiste a esta tecnología, y de los convencionales termoplásticos hemos pasado a la madera, el hormigón, el papel y hasta polvo alimenticio. Ningún material escapa a ser susceptible de experimentación.
Tomando esto como base, ¿se nos ocurriría imprimir figuritas que además de decoración o regalo original pudiesen comerse como chuchería dulce por su sabor? Un estudio americano da la opción de imprimir cualquier figurita en azúcar.
Kyle y Liz son un matrimonio que en conjunto forman un equipo de arquitectos y diseñadores afincados en Los Ángeles. Durante su última etapa de posgrado en la universidad quisieron regalarle a su amigo una tarta de cumpleaños pero no tenían horno. Apurados por la situación decidieron modelar en 3D una magdalena personalizada con el nombre de su amigo y el resultado fue un éxito para el cumpleañero. Tanto es así que a partir de entonces pusieron en marcha la idea de imprimir en 3D dulces personalizados para el público en general.
La idea Sugar Lab consiste en fabricar cualquier objeto decorativo o regalo que el cliente quiera usando como material principal el azúcar. Con esto a parte de un regalo original, Kyle y Liz dan la opción de hacer un regalo dulce que el destinatario pueda saborear y disfrutar.
No sabemos la dureza o resistencia que aportará este original material, ni tampoco lo fácil o difícil que puede resultar su manipulación. De momento y a juzgar por las imágenes que su web nos ofrece, podemos ver que el azúcar aporta luminosidad a los resultados debido a su color totalmente blanco y al brillo de las partículas del azúcar.
Kyle y Liz, o Sugar Lab como se llama su proyecto, se sienten fuertemente atraídos por los diseños geométricos de gran complejidad por lo que todas sus creaciones son originales, aunque al margen de los objetos que ellos puedan ofrecer están dispuestos a imprimir en azúcar aquello que sus clientes les pidan.
De momento no sabemos la aplicación práctica de este proyecto, ni si alcanzará una amplia demanda entre el público, quizá alguna cafetería chic quiera personalizar los terrones de azúcar de sus cafés. Pero en cualquier caso este ejemplo nos vale para conocer algo más sobre los posibles materiales de impresión 3D y las opciones que nos sigue ofreciendo esta tecnología.
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