Uno de los grandes misterios de la ciencia es cómo se crea la vida. El proceso biológico es bastante claro, pero los científicos quieren más. Les interesa saber cómo funciona el desarrollo temprano de la vida y si tal vez se pueda replicar en un laboratorio. Ahora, este camino ha logrado un gran hito: la creación de un modelo artificial de un embrión humano en una etapa temprana a partir de células de piel humana.
El estudio fue realizado por el equipo de la Universidad de Monash y publicado en la revista Nature. Los científicos lo lograron al «reprogramar» células de la piel en una estructura celular tridimensional. Esta estructura es similar al desarrollo humano temprano y se puede utilizar para modelar la biología de la vida humana en el laboratorio.
El bioquímico José Polo fue el científico que lideró la investigación. Él y su equipo crearon un modelo de blastocisto —como se denomina a un embrión de seis días de vida— a partir de células de la piel humana. Cabe destacar que es la primera vez que se logra esto con células humanas. Se cree que el descubrimiento revolucionará la investigación sobre las causas del aborto espontáneo temprano, la infertilidad y virus.
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¿Cómo lo lograron?
El equipo científico logró reprogramar los fibroblastos, un tipo de células de la piel, para fabricar una estructura celular tridimensional similar a un blastocisto. Cabe destacar que los blastocistos se encuentran en una fase de desarrollo en la que cuentan con una estructura compleja, con cerca de 200 células. A través de ellos, se puede comenzar a observar el material celular que formará la placenta y la masa que se convertirá en el feto. A esto lo han llamado i-blastoides.
«Es como una pelota de fútbol que dentro tiene una pelota de tenis. La pelota de fútbol, cuando se implanta en el útero, es la que va a generar la placenta. Y la pelota de tenis es la que va a generar el bebé», explica el doctor Polo.
Este no es su primer hallazgo. De hecho, es resultado de experimentos anteriores. El año pasado, según declaró el científico, habían descubierto que podían hacer células de la placenta. Mientras estudiaban estas células y las reprogramaban en las placas de Petri, crearon un mecanismo para que las células interactuaran en tres dimensiones.
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«Lo que no esperábamos era que se organizaran y formaran una estructura similar a una pelota. De hecho, cuando se formó tuvimos que hacer muchos experimentos para comprobar qué era hasta que concluimos que era un modelo de embrión», explicó.
Hasta la fecha, la única manera de estudiar los primeros días de vida de un embrión era mediante embriones donados de fecundación in vitro. El científico señaló:
Los i-blastoides permitirán a los científicos estudiar los primeros pasos del desarrollo humano y algunas de las causas de la infertilidad, las enfermedades congénitas y el impacto de las toxinas y los virus en los embriones tempranos. Esto acelerará nuestra comprensión y el desarrollo de nuevas terapias a una escala sin precedentes.
Un descubrimiento para solucionar problemas de fertilidad
Este descubrimiento no es igual a un humano en su estructura, ni se compone de un óvulo y un espermatozoide. Es un modelo similar, en cuestión estructural a partir de células de piel. Es decir, no tiene algunos elementos naturales de los embriones, pero su desarrollo es similar al de un humano en los primeros 11 días.
«Quiero insistir en que no es un embrión humano sino un modelo. No obstante, sabemos las implicaciones éticas que tiene esto y contamos con todas las autorizaciones necesarias siendo extremadamente cuidadosos. Además, tendremos que justificar la eliminación de todos los i-blastoides que creemos antes de los 14 días», aseguró el científico.
Y, aunque no hay una completa certeza, el científico está seguro que el i-blastoide, en caso de implantarse en un útero, no evolucionaría. Aun así, permitirá entender los problemas de infertilidad, dado que entre el 25 % y 75 % de las concepciones se pierden en las primeras dos semanas.
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Además, permitirá estudiar las mutaciones y los problemas genéticos; o a mejorar las prácticas médicas en las clínicas de fertilidad. De igual forma, se cree que ayudará a estudiar el efecto de medicamentos o virus en los primeros días del desarrollo humano y ayudará a mejorar los protocolos para la terapia génica de embriones.
Sin embargo, este descubrimiento también abre la puerta a numerosos cuestionamientos éticos. Es probable que se despierte el debate ético sobre el desarrollo de estas tecnologías; además de plantear preguntas sobre la definición de embrión humano, la vida humana y cuánto están preparadas las directrices legales para estos nuevos casos.
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