Según los pronósticos de algunos investigadores, existe una posibilidad —lejana— de que en el futuro la Tierra sea impactada por un asteroide. Si esto sucede y no se cuentan con las herramientas necesarias para prevenirlo, lo más probable es que todos los seres vivos sufran un episodio similar a la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años. Al respecto, la NASA en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA) trabajan en la Misión DART, un proyecto que busca salvar al planeta.
¿Pero es esto posible? ¿Y cuándo se considera que un asteroide es potencialmente peligroso? Pues bien, se considera dentro de esta categoría a cualquier objeto de más de 140 metros de ancho que pase a ocho millones de kilómetros de la Tierra. Afortunadamente, tan solo se han descubierto cerca de 900 asteroides de estas dimensiones y no hay evidencia que indique que impactarán en la Tierra en los próximos siglos.
Sin embargo, las rocas espaciales de menos de 150 metros de ancho también se catalogan como peligrosas, ya que podrían dejar una catástrofe en ciudades enteras. La NASA también busca reducir el peligro de algunos meteoros que explotan en el cielo con la fuerza de bombas nucleares; estos pueden dejar miles de heridos. De hecho, una tragedia similar ya sucedió en Chelíabinsk, Rusia, en 2013.
Para reducir, aún más, las probabilidades de que la humanidad tenga que sufrir las secuelas del impacto de un meteorito se está desarrollando, en este preciso momento, la Misión DART (Double Asteroid Redirection Test). ¿En qué consiste y cómo puede ser la solución definitiva? ¡Sigue leyendo!
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¿Qué es la misión DART de la NASA?
La misión DART constituye una nave espacial de la NASA que busca desviar el asteroide Dimorphos, objeto que tiene unos 780 metros de ancho. Este cuerpo satelital no representa un peligro para la Tierra, pero es una oportunidad para probar este mecanismo de defensa contra la caída de asteroides en el tercer planeta del sistema solar.
En ese sentido, el asteroide Dimorphos, descubierto en 2003, se caracteriza por ser el más pequeño de Didymos, un sistema binario de asteroides cercanos a la Tierra. Su nombre significa «dos formas» y se convertirá en el primer cuerpo celeste que modifique la forma de su órbita por la intervención del hombre.
La misión DART colisionará con Dimorphos a una velocidad de 23 000 kilómetros por hora. Sin embargo, antes de hacerlo soltará una cámara del tamaño de una caja de zapatos que observará la colisión de la nave con el asteroide y fotografiará la dispersión de los restos.
Posteriormente, en el año 2026 una nueva nave de nombre HERA será lanzada al espacio exterior para analizar detalladamente las secuelas del impacto y probar las tecnologías de navegación autónoma. Si esta colisión es exitosa, se trataría de una «oportunidad extraordinaria para probar la eficacia de la tecnología del impacto cinético en un asteroide real», de acuerdo a lo explicado por Megan Bruck Syal del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore.
Con la misión DART se aspira cambiar hasta siete minutos la órbita de 12 horas del asteroide. No obstante, el equipo considerará que la misión es un éxito si ese cambio es de un mínimo de 70 segundos. Es decir, se espera una modificación en la velocidad del asteroide de unos 0.4 milímetros por segundo. Lo suficiente para tener un cambio notable en la trayectoria de Dimorphos.
Empieza la cuenta regresiva
La fecha elegida para poner en funcionamiento la misión DART es el 24 de noviembre. Así que desde ya comienza el conteo regresivo para saber si el hombre tiene la tecnología suficiente para cambiar la órbita de un asteroide y evitar que la humanidad sufra consecuencias inimaginables.
A partir de esta fecha, podríamos tener una imagen mucho más clara de los resultados de una colisión real en el espacio. En caso de que surjan complicaciones y la misión no pueda ser lanzada con éxito al espacio, la nueva fecha de puesta en marcha de la nave DART sería para febrero del 2022. Lo cierto es que falta poco para conocer si la NASA tiene la capacidad de proteger a la humanidad.
Riesgos de la Misión DART
La misión DART es bastante futurista y parece una idea propia de una película de ciencia ficción. Sin embargo, puede tener consecuencias bastante negativas. Por ejemplo, la NASA ha reconocido que las simulaciones de esta misión han sido bastante caóticas. No se sabe con exactitud qué puede pasar una vez que la nave colisione con el asteroide y no hay forma de determinar un posible desenlace de los hechos.
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No es solo lo impredecible de este choque lo que preocupa. También genera curiosidad el impulso del impacto y cómo se alterará el balanceo, cabeceo y guiñada del asteroide. En el peor escenario, cambiaría su dirección incorrectamente e, incluso, podría cambiar su trayectoria directamente a la Tierra. Lindley Johnson, oficial de defensa planetaria de la NASA, afirma:
Dimorphos es un asteroide potencialmente peligroso, así que no queremos que afecte a su órbita. No queremos empujarlo por accidente en la dirección incorrecta.
La misión DART tiene un reto por delante: los astrónomos no conocen las órbitas de los asteroides con la precisión necesaria. Por eso, antes de la colisión, la nave espacial comenzará a captar imágenes de navegación óptica. El plan es que DART impacte a no más de 15 metros del punto objetivo planeado, pero aunque se conociera la posición exacta del asteroide, no se puede programar con antelación esta maniobra.
Por otro lado, el impacto enviará miles de pedazos de escombros al espacio. La energía que se desprenda será comparable con la explosión de tres toneladas de trinitrotolueno (TNT). ¿Esto ayudará a aumentar la basura en el espacio exterior? ¿Podría algún pedazo de escombro dañar algún satélite que esté en órbita?
Otro de los riesgos de la misión DART es la posible dificultad de aterrizar en el asteroide. Como lo dijimos, será la nave HERA la encargada de estudiar varios años más tarde a Dimorphos. ¿Pero esta rotación afectará la trayectoria del asteroide a través del espacio? ¿Será posible que esta segunda nave encuentre con facilidad a su objetivo?
Comienza la búsqueda de asteroides potencialmente peligrosos
La misión DART marca una nueva era en cuanto a seguridad espacial se refiere. Estaríamos hablando de miles o millones de vidas salvadas si esta nave tiene éxito y se demuestra cómo cambiar el trayecto de los asteroides. Ahora, el siguiente paso parece ser encontrar a esos cuerpos celestes con posibilidades de estrellarse contra la Tierra.
Para ello, se pretende iniciar este año con la Misión de Vigilancia de Objetos Cercanos a la Tierra. Se trata de un telescopio capaz de detectar objetos invisibles por los telescopios terrestres. Este observará en longitud de onda infrarroja y tendrá una mayor capacidad que los telescopios de luz visible para mirar hacia el Sol.
De igual manera, científicos de Chile están desarrollando una herramienta que ayudará a precisar objetos peligrosos mediante una cámara de 3.200 megapíxeles, que se convertiría en la más grande utilizada en astronomía. La meta es que no solo se tenga la capacidad de eliminar a los asteroides, sino también poder vigilarlos.
Palabras finales
La misión DART es bastante prometedora y tan solo queda esperar la fecha de lanzamiento para conocer con exactitud los riesgos y beneficios de esta expedición tan arriesgada. ¿La humanidad pronto tendrá la herramienta necesaria para evitar una extinción?
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