En 2005, Scarlett Johansson y Ewan McGregor protagonizaron La Isla, una película que nos retrata todos los miedos y peligros que surgen de un tema tan polémico como la clonación humana: la creación de seres humanos despojados de toda dignidad que se convierten en productos de usar y tirar. El planteamiento es oscuro e inquietante y esas mismas son las sensaciones que causa esta tecnología.
A excepción de los científicos, que lo consideran un reto y de los transhumanistas que lo consideran una oportunidad, gran parte de la población ve la clonación humana como un planteamiento lleno de zonas grises que nos llevarán, inevitablemente, a explorar los peores ángulos de los seres humanos.
Y es un planteamiento cierto. No se puede negar. Sin embargo, no por ello deja de ser fascinante y pertinente. El desarrollo de la clonación nos permite ampliar enormemente nuestra comprensión sobre nosotros mismos. Es decir, nuestro ADN y lo que nos compone. Además, implica el desarrollo de importantes técnicas científicas que podrían impulsar la medicina.
La ciencia no para, desde su invención no ha dejado de crecer y evolucionar. Con la llegada de la técnica de edición genética CRISPR Cas/9, la clonación ha vuelto a renacer en el debate político y legal. Y por ello, queremos adentrarnos en sus misterios, posibilidades, luces y sombras. ¡Acompáñanos!
Tabla de contenidos
¿Qué es la clonación humana?
Cuando las personas piensan en clones se imaginan ovejas iguales (gracias a Dolly), fotocopias en 3D y hombres desnudos iguales en cápsulas. Ninguna de estas imágenes es exacta y, al mismo tiempo, ninguna está del todo equivocada.
Un clon, en líneas generales, es un ser vivo que ha sido copiado y reproducido. A diferencia de la reproducción sexual, no se produce una mezcla de genes, sino que se generan copias genéticas exactas del ADN original. Este tipo de reproducción puede ocurrir naturalmente en las bacterias; no obstante, no es común en los animales.
Retrocedamos un poco. La reproducción en los animales se caracteriza por la unión. Es resultado de la unión de células germinales especiales mediante la fusión de los núcleos cromosómicos de sexos opuestos. En este caso se genera una copia que no es exacta a la anterior: las características genéticas de los proveedores de ambas células se fusionan, lo que genera gran diversidad de características.
A diferencia de este proceso, un clon es una copia exacta del material genético original: no hay diferencias entre las células progenitoras y las clonadas. Por lo tanto, el individuo clonado puede tener la misma apariencia que el original.
Ahora, conviene aclarar que existen clones naturales y artificiales. Los clones naturales son producto de la reproducción asexual. Las bacterias son un ejemplo, y la separación de un embrión que da lugar a gemelos es otro. Los clones artificiales, por su parte, son resultado de las investigaciones científicas.
Durante más de medio siglo, la clonación se ha experimentado en plantas y animales. Pero todavía queda mucho camino: entre más complejo es el organismo, más difícil es lograr una clonación exitosa.
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¿Qué debemos entender sobre la clonación?
Para comenzar, el proceso de clonación parte de un organismo desarrollado que se busca copiar. Esta copia se obtendrá de una forma no sexual (para poder tener una copia idéntica). Además, lo primero que se clona son las células y, para ello, es necesario la secuencia de ADN del organismo.
En el procedimiento de clonación más usado —como el que trajo a la vida a la oveja Dolly— se toma una célula adulta completa y se inyecta en un óvulo al que se ha retirado su propio ADN. Si este embrión logra desarrollarse y vivir, se creó un clon. Sin embargo, el proceso no es perfecto y está sujeto a muchas fallas.
En realidad, el estado actual de la clonación no es tan avanzado como se cree. La clonación de mamíferos —incluyendo a humanos— sigue en su estado inicial. Y de hecho, tiene un alto margen de fallo: solo uno de cada 100 embriones clonados puede dar lugar a un nacimiento.
Es importante explicar que existen tres tipos de clonación cuyos objetivos son muy distintos. Por lo tanto, cada una tiene distintas implicaciones éticas y aceptabilidad social. Ambos temas los abordaremos más adelante.
Breve historia de la clonación de seres humanos
El siglo XX vio nacer y frenarse el desarrollo de la clonación. La perspectiva se tomó en serio, por primera vez, a mitades del siglo. Pero antes de entrar de lleno en la clonación de humanos, repasemos el origen de este procedimiento en animales.
La clonación de los animales vivos se remite a 1952, y se comenzó con sapos. Esta fue la primera clonación artificial del mundo animal. La realizaron científicos de la Universidad de Pennsylvania, quieres clonaron un óvulo de rana. Ellos desarrollaron la técnica de trasplante o transferencia celular, que ha sido la base del clonado en multicelulares.
En 1970 el científico británico John Gurdon logró trasplantar el núcleo de una célula adulta de rana a un óvulo desprovisto de núcleo. Aunque el embrión se desarrolló, los renacuajos no llegaron a la edad adulta. Este es un problema usual en la clonación que los científicos, desde entonces, se han esforzado por resolver.
Para 1984, el científico danés Steen Willadsen anunció la primera clonación de una oveja a partir de células embrionarias. El sistema se reprodujo en los años subsecuentes en cabras, cerdos, conejos y monos.
Sin embargo, el gran salto en esta técnica ocurrió en julio de 1996. En ese momento, el equipo del Dr. Ian Wilmut logró obtener el primer mamífero clonado obtenido por transferencia del núcleo de una célula somática adulta a un ovocito enucleado. Tras seis años de vida, desarrolló una enfermedad pulmonar progresiva y fue sacrificada por los veterinarios. Los científicos no descartaron que la enfermedad se deba a envejecimiento prematuro.
Lo más sorprendente del método que permitió su nacimiento fue que no se logró con una célula embrionaria, sino de una especializada: obtenida de la ubre de una oveja. Cabe aclarar que las células especializadas son las que se pueden obtener de otras partes del cuerpo: la piel, el hígado, el riñón, etc. Antes de ella, los científicos pensaban que solo se podía lograr la reproducción a partir de una célula embrionaria. Es decir, generadas a partir de óvulos y espermatozoides.
Gracias a este experimento, se abrió otra posibilidad en el campo. Es factible realizar una clonación de un ser vivo a partir de cualquier célula del cuerpo de un ser fallecido. La clonación podría ser casi idéntica al original siempre que la célula se mantenga en condiciones adecuadas de congelación.
En 1997, gran parte del mundo suscribió la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos de la UNESCO. Esta declara la prohibición de la clonación de los seres humanos. Sin embargo, esto no significó el fin de las investigaciones.
En febrero de 1998, los estadounidenses James Robl y Steven Stice anuncian el nacimiento de George y Charlie, los dos primeros terneros transgénicos clonados a partir de células embrionarias.
En junio de 1999, la empresa Advanced Cell Technology, Massachusetts, anunció la clonación de un embrión humano. Para ello, usaron métodos idénticos a los que permitieron el nacimiento de Dolly. Los embriones fueron destruidos en sus primeras fases.
Siglo XXI
En enero del 2000, el Dr. Schatter y su equipo, del Centro de Investigación de Primates de Oregón, anunciaron que obtuvieron el primer mono clónico. Se obtuvo mediante manipulación de embriones que estaban en fase de 8 células. Estas células se separaron y en los núcleos se inyectaron óvulos enucleados. Solo uno llegó a término. Uno de los investigadores anunció después que un alto porcentaje de los embriones obtenidos son defectuosos. Por lo tanto, desde el punto de vista médico, la clonación en primates es desaconsejable.
En 2003, se logró completar el genoma humano, uno de los proyectos más ambiciosos del campo científico y que sirvió de base para miles de futuras investigaciones sobre la genética. Asimismo, ese año, en Argentina, nacen 12 terneras transgénicas (un año antes se había logrado la primera clonación de un bovino), que estaban destinadas a que en su leche expresen la hormona de crecimiento humano.
Ese mismo año, Advanced Cell Technology afirmó haber obtenido embriones humanos hasta un estadio de 16 células. Para ello, usaron como método la transferencia del núcleo de células somáticas humanas a huevos enucleados.
Entre el 2000 y 2005, Hwang Woo-Suk, profesor de la Universidad Nacional de Seúl, publicó en la revista Science un anuncio asombroso. Aseguró que habían cultivado de manera exitosa células madre embrionarias pluripotentes a partir de un blastocisto humano clonado. No obstante, Science se retractó de ambos artículos con evidencias de que muchos datos fueron falseados. El profesor fue condenado por fraude a dos años de prisión.
¿Estamos cerca de clonar seres humanos?
¿Es posible clonar humanos? Los primates y los humanos son animales muy complejos, lo que dificulta el proceso de clonación. Recientemente, los científicos lograron clonar dos macacas. Para ello, agregaron ciertas proteínas y nutrientes para alterar el proceso de enucleación. Sin embargo, es un proceso agresivo que continúa en desarrollo.
El haberlo logrado en macacos no hace inmediatamente posible la clonación de seres humanos. Ni siquiera la de otros tipos de primates. Algunos científicos estiman que todavía estamos muy lejos de lograrlo como especie.
Cabe añadir, además, que la prohibición de la clonación de humanos se mantiene. Y que las dificultades científicas son múltiples. Por otra parte, existen muchos problemas biológicos y otras dificultades que todavía se desconocen al ser ilegal.
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Tipos de clonación humana
Como ya mencionamos, la clonación se diferencia entre clonación natural y artificial. La primera se presenta en bacterias, algunas plantas y los hermanos gemelos monocigóticos (fruto del mismo óvulo).
En el caso de la clonación artificial, se pueden identificar tres tipos: la genética, reproductiva y terapéutica.
Clonación genética
La clonación genética es la más utilizada por los científicos. En ella se copian genes o segmentos de ADN. Es decir, se inserta un fragmento de ADN de interés en un vector para inducir su multiplicación y obtener el número de copias o clones deseado.
Clonación terapéutica
La clonación terapéutica se produce por clonación de células madre embrionarias para crear tejidos que puedan reemplazar otros dañados. En otras palabras, el fin de esta es crear células madre de una persona. Con ellas, se obtendrán tejidos que sustituyan otros.
Algunos científicos creen que con este tipo de clonación se podrían curar enfermedades hasta ahora incurables. Entre ellas, la enfermedad de Parkinson o el Alzheimer. Dos métodos comunes de clonación terapéutica que están en investigación son la transferencia nuclear de células somáticas y la inducción de células madres pluripotentes. Sin embargo, hasta la fecha no tiene aplicaciones médicas en el mundo. Este tipo en particular ha avanzado mucho y se cree que podría legalizarse pronto.
Clonación reproductiva
La clonación reproductiva es la que más polémica causa. En ella, se buscan reproducir animales enteros. Es decir, crear nuevos seres con características idénticas a la célula original. Para algunos, el obstáculo de este tipo de clonación es la alta probabilidad de inducir alteraciones en el desarrollo fetal.
Este tipo de clonación ha recibido severas objeciones, con argumentos científicos, filosóficos y éticos, centrados en las dificultades y consecuencias que la clonación humana podría generar.
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Técnicas de clonación humana
Transferencia nuclear de células somáticas
Este es uno de los métodos más desarrollados y utilizados. La transferencia nuclear de células somáticas (SCNT por sus siglas en inglés) es usada tanto en la clonación terapéutica como en la reproductiva. Fue la técnica usada para clonar a la oveja Dolly.
En los cuerpos se encuentran dos tipos de células: las somáticas (o específicas) y las sexuales. Las primeras están en todos los tejidos del individuo y son diploides (dos juegos de cromosomas). Las segundas son los gametos; es decir, los óvulos y espermatozoides y solo tienen un juego de cromosomas.
El SCNT consiste en extraer el núcleo de una célula somática para luego trasplantarla a un óvulo cuyo material genético ha sido eliminado. Una vez el material genético de la célula somática se transfiere al óvulo hospedero, este material se fusiona con el óvulo aplicando una corriente eléctrica. Cuando las dos células se fusionan, la nueva célula se puede desarrollar, sea artificialmente o dentro de una madre sustituta.
Células madre pluripotentes inducidas
Esta técnica (IPSC por sus siglas en inglés) requiere un proceso más largo, que algunos consideran mucho más ineficiente. Las células pluripotentes pueden dar origen a cualquier tipo de tejido. Se diferencian de las células comunes en que estas últimas han sido programadas para cumplir una función en específico.
En cambio, las pluripotentes pueden ser del endodermo, revestimiento interior del estómago, tracto gastrointestinal y plumones; mesodermo, músculos, huesos, sangre y sistema urogenital; o ectodermo, tejidos epidérmicos y del sistema nervioso.
De esta forma, el IPSC busca introducir genes llamados «factores de reprogramación» en un tipo específico de célula. Con estos factores se envían señales que pueden restituir las capacidades pluripotentes de una célula adulta.
Una de las principales limitaciones de este sistema es que puede potenciar el desarrollo de células cancerígenas. Sin embargo, el proceso ha mejorado con el tiempo y los posibles daños se han reducido.
Partición de embriones
Esta técnica se basa en la obtención de embriones gemelos. Para esto se genera una bisección o separación de blastómeros provenientes de embriones de 2 a 32 células. Es decir, el método busca dividir el embrión en su estado celular, durante las primeras fases de desarrollo.
Luego, cada mitad resultante de la división se implanta en un nuevo óvulo o una cubierta artificial. Este es implantado en un organismo madre. El resultado son individuos prácticamente idénticos entre sí —exceptuando los casos de mutaciones somáticas—, pero diferentes a sus padres.
Ventajas y desventajas de la clonación de seres humanos
Ventajas de la clonación humana
La clonación de seres humanos podría ayudar a curar enfermedades. Algunos estiman que se podría tratar a víctimas de infarto con la clonación de sus células cardiacas; se podrían producir determinadas células madre para terapia celular en el tratamiento de enfermedades como diabetes.
Mejorar el éxito de técnicas existentes. Por ejemplo, la fecundación in vitro. Hombres y mujeres podrían engendrar un bebé a partir de una célula somática (no reproductiva) de su cuerpo.
Tendría un gran impacto en la investigación científica. La clonación humana permitiría el uso de células modelos para investigar la causa de diversas enfermedades y probar distintos medicamentos.
La clonación también puede tener aplicaciones medicinales como la creación de órganos para trasplante. Se toman del cuerpo células madre capaces de multiplicarse y generar tejidos en laboratorio y así sustituir los tejidos dañados del cuerpo de un paciente.
Aunque no es un uso específico de la clonación humana, las técnicas de clonación también pueden usarse para recrear animales extintos. O, incluso, animales y vegetales en vía de extinción. La clonación permitiría conservarlas para el futuro.
Mejoramiento de las especies. Por ejemplo, plantas transgénicas que se pueden clonar y modificar para mejorar su capacidad de resistir ciertas amenazas.
Desventajas de la clonación humana
El proceso está lejos de ser perfecto. En muchos animales, solo uno de cada 100 embriones clonados da lugar a un nacimiento vivo. Además, los organismos que sobreviven, a menudo, mueren al poco tiempo de nacer. O pueden tener deformaciones o problemas genéticos.
Los estudios realizados en mamíferos han arrojado que los procesos de clonación conllevan a problemas de salud. Usualmente, significa una muerte prematura.
No hay certeza sobre las modificaciones genéticas que pueden generar. Los científicos todavía no saben cuáles mutaciones se pueden generar al momento de la clonación, por lo que podría pasar cualquier cosa.
Al igual que la ingeniería genética, la clonación humana extendida puede ocasionar una pérdida de la diversidad genética. Y la diversidad genética permite mayor adaptación al ambiente y más defensa a enfermedades.
Problemas éticos: La selección de los mejores genes; la eliminación del curso natural de la vida; el rechazo social, falta de derechos y problemas de identidad de un clon; entre otros.
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El debate frente a la clonación humana
Argumentos a favor de la clonación humana
Los defensores de la clonación se enfocan, principalmente, en la práctica terapéutica. En este sentido, aducen que la clonación de seres humanos con estos fines podría proporcionar células idénticas para medicina regenerativa. Es decir, podrían proveer células, tejidos y órganos que no generarían una respuesta inmunitaria.
De esta forma, esta ciencia beneficiaría el desarrollo terapéutico de distintas enfermedades. Entre ellas, el cáncer, la diabetes, cardiopatías, tratamiento de quemaduras, cirugía reconstructiva y más.
Sus defensores también aseguran que la clonación humana de tipo reproductivo produciría beneficios para parejas que no pueden procrear de otra manera. Dentro de las justificaciones que se esgrimen para este tipo de práctica, esta es la única que la mayoría considera éticamente aceptable.
¿Por qué? Si una pareja es estéril y desea tener un hijo, la clonación podría ser una alternativa. El clon sería un hijo deseado y cuidado como si fuera concebido de manera habitual. Además, el ser un clon no garantiza que sea idéntico a sus padres ni que su comportamiento sea el mismo. El ser humano se compone de genética en una parte. La otra es resultado del contexto.
Argumentos en contra de la clonación humana
No obstante, el debate en torno a la clonación del ser humano ha despertado las más fervientes críticas. Tienen un origen religioso, político, ético, moral y también científico. En este último campo, los científicos han expresado, en su mayoría, que la clonación humana es técnicamente posible. Sin embargo, no debería intentarse y carece de utilidad clínica.
Wilmut, creador de la oveja Dolly, defendió esta teoría ante el Congreso de Estados Unidos. Allí explicó que la clonación de un mamífero conlleva una elevada tasa de fracasos. De sus 227 embriones reconstruidos, solo 29 se implantaron en ovejas y solo uno se desarrolló exitosamente. «Experimentos similares con seres humanos serían por completo inaceptables», concluyó Wilmut.
Asimismo, los animales clonados presentan tasas elevadas de deformidad y discapacidad. Algunos expertos estiman que los humanos clonados podrían estar aquejados de senilidad a los 20 años. Además, necesitarían de operaciones para reemplazarles la cadera en la adolescencia.
Como si fuera poco, para clonar a un humano se necesitaría de una mujer que funcione como madre. Prácticamente, una incubadora de un hijo que no será suyo. Este tipo de embarazos serían de alto riesgo y podrían llevar peligro de aborto. Además, los clones podrían nacer con diferentes malformaciones congénitas. En ese caso, ¿quién cuidaría de ellos durante su vida?, ¿se consideraría su sacrificio?
Por su parte, si un intento de clonación humana pretende recuperar a una persona fallecida, los resultados tampoco serán los esperados. Lo único que se obtendrá es una persona con la misma apariencia, pero totalmente distinta. Esto se debe a que la nueva persona está influida por la situación cultural, experiencias, familia, opciones de vida y más.
¿Es ética la clonación humana?
A continuación, veremos algunas repercusiones éticas de la clonación humana. Para comenzar, es importante diferenciar a un hijo que nace de forma natural y otro que es fabricado. El segundo se enfrenta a múltiples problemas sociales y personales, y uno de ellos es su propósito. Algunos hablan de que un clon podría asegurar la posibilidad de tener órganos disponibles para trasplantes (sí, como en La Isla). Es decir, se daría vida a una persona solo para tener una fuente de órganos compatibles. De esta forma, el individuo deja de considerarse una persona para ser un objeto de uso.
¿Se le educaría y cuidaría? ¿Cuánto tiempo se le mantendrá con vida? ¿Qué trato recibiría del donante original y de la sociedad? ¿Cuáles serían sus derechos? ¿Cuál sería el impacto psicológico de nacer para actuar como fuente de órganos?
Esta última pregunta es también importante: ¿cómo se constituirá la identidad del clon? La identidad humana se constituye en su relación con la alteridad. El nacer para ser la copia de alguien podría alterar su reconocimiento como individuo singular, único y autónomo. Además, podría existir una presión para que sea una copia de otro individuo.
Otros hablan del papel de la mujer en este proceso. Se produciría una instrumentalización y se reduciría a funciones biológicas. Se sometería a intervenciones repetidas para obtener óvulos y luego se usarían sus úteros para la implantación de embriones.
Deberán permitir el desarrollo del embrión durante nueve meses (incluyendo los riesgos que conlleva). Y luego dar a luz para entregárselo a la persona que actuará como padre del niño. El debate es similar al que despierta actualmente los vientres de alquiler, pero a mayor escala.
Otras voces señalan que la clonación humana pervierte las relaciones fundamentales de las personas. Entre ellas, la filiación, la consanguinidad, el parentesco, la maternidad y paternidad. Todo esto generaría una deshumanización.
Cuestiones legales de la clonación humana
Como ya mencionamos, en 1997 surgió el primer documento sobre el tema. La mencionada Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos de 1997 estableció en su artículo 11 que «no deben permitirse las prácticas que sean contrarias a la dignidad humana, como la clonación con fines de reproducción de seres humanos».
Esta declaración entiende que el genoma humano es la base de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana; además del reconocimiento de su dignidad intrínseca y su diversidad. De forma simbólica, el genoma es patrimonio de la humanidad. Por ello, ningún individuo debe ser reducido a sus características genéticas. Debe respetarse su carácter único, dignidad y derechos sin importar sus características genéticas. Por lo tanto, dicha declaración invita a:
Los Estados y a las organizaciones internacionales competentes a que cooperen para identificar estas prácticas y a que adopten en el plano nacional o internacional las medidas que corresponda, para asegurarse que se respetan los principios enunciados en la presente declaración.
En 1998, la Organización Mundial de la Salud realizó su 51° Asamblea Mundial. Allí se discutió las repercusiones éticas, científicas y sociales de la clonación en la salud humana. En general, la calificaron como contraria a la dignidad e integridad humana. Instó a los países a «tomar las medidas adecuadas, incluidas las legales y jurídicas, para prohibir las clonaciones cuyo fin sea replicar seres humanos».
Asimismo, en 2001 entró en rigor el protocolo del Consejo de Europa que prohíbe «toda intervención destinada a crear un ser humano genéticamente idéntico a otro, vivo o muerto».
Por su parte, en 2005, el Comité Internacional de Bioética de la UNESCO elaboró un informe llamado Report of the IBC on updating its reflection on the Human Genome and Human Rights. Este documento tiene una recomendación en la que insta a los Estados a producir un instrumento jurídicamente vinculante para prohibir la clonación humana con fines reproductivos.
Algunos análisis entre países
Alrededor de 46 países del mundo, entre ellos Alemania, Australia, Colombia, Costa Rica, Dinamarca, España, Georgia, Japón, Letonia, Noruega, Perú y Reino Unido ya han promulgado leyes que prohíben la clonación con fines de reproducción.
Por ejemplo, en 1997, un Comité consultivo nacional de ética para las ciencias de la vida y de la salud se ocupó de dilemas fundamentales cuando rechazó la clonación humana con fines de reproducción. El Comité concluyó que esta provocaría «una tremenda perturbación de las relaciones entre identidad genética e identidad personal en sus dimensiones biológica y cultural».
El Consejo japonés para la Ciencia y la Tecnología manifestó que la clonación humana carecía de utilidad. Además, añadió que las aplicaciones médicas que utilizaran células humanas obtenidas mediante la clonación «podían llevar a la reproducción de seres humanos y a la violación de los derechos humanos». Este comité también concluyó que la reproducción asexual destruiría el concepto de familia en su sociedad.
En EE.UU. se realizó un estudio llamado Clonación y dignidad humana en 2002. Este concluyó que los intentos de clonar un ser humano no serían éticos «en este momento» debido a «razones de seguridad y a la posibilidad de acarrear daños a los participantes». Además, aclaró que existen motivos que podrían excluir completamente su aceptabilidad:
La idea de la clonación plantea problemas sobre identidad e individualidad, sobre el significado de tener hijos, sobre las diferencias entre procreación y manufactura, y sobre la relación entre generaciones.
Reino Unido, por su parte, autorizó que un grupo de investigadores edite genéticamente embriones humanos con la técnica CRISPR/Cas9. Sin embargo, esto será con fines terapéuticos. La técnica permitirá el desarrollo de nuevos tejidos para el paciente.
Algunas aclaraciones
En general, los países han prohibido la clonación reproductiva. Se han marcado líneas rojas sobre la replicación de seres humanos. Sin embargo, no de animales. Después de Dolly, se han clonado muchas más especies.
Las normas nacionales e internacionales prohíben la clonación humana bajo el concepto de dignidad humana.
Algunos países asiáticos como India y China no son tan tajantes con la ley, pero delimitan algunas líneas éticas que no deben cruzarse.
Hay países, como Estados Unidos, que prohíben la clonación embrionaria con fines reproductivos, pero no con otras finalidades.
La clonación celular humana con vistas a la investigación, o los casos terapéuticos, sigue siendo posible en muchos países.
En Europa y Estados Unidos, está prohibido clonar animales para la industria alimentaria. Sin embargo, es posible emplearla en el ámbito de conservación de especies o de mascotas.
Avances en la clonación humana
En realidad, los avances que se han logrado en la clonación humana no son tan extensos. Sobre todo, son los avances en clonación de animales los que más nos han acercado a esta ciencia. Gran parte de ellos se han mencionado en el apartado de historia. Recientemente, se han logrado avances que podrían influir en su estudio, como la técnica CRISPR Cas/9. Sin embargo, los avances directos en clonación humana son menos. Aun así, encontramos algunos que dan luces sobre el avance de la tecnología.
En 2013, un equipo liderado por el científico ruso Shoukgrat Mitalipov consiguió, por primera vez, producir células madre humanas mediante la transferencia de óvulo. El equipo lo logró a partir de células de piel que convirtieron en células madre embrionarias. Es decir, que podían convertirse en cualquier tipo de células del cuerpo.
«Nuestros resultados ofrecen una nueva forma de generar células madre de pacientes con tejidos y órganos dañados o deteriorados», explicó en un comunicado Mitalipov. «Estas células madre pueden regenerar y reemplazar a aquellas células dañadas y mejorar enfermedades que afectan a millones de personas», añadió.
De esta forma, el avance permitiría sustituir células dañadas por una enfermedad. Se podría tratar dolencias como el Parkinson, la esclerosis múltiple o lesiones de la médula espinal. Cabe resaltar que el equipo utilizó la técnica de transferencia nuclear con algunas variaciones, como la incorporación de una solución enriquecida con cafeína.
Palabras finales
La clonación humana es un tema lleno de debate y contrastes. La gran mayoría concuerdan en que no tiene sentido experimentar con ella a nivel reproductivo. Crear una copia exacta de uno mismo no tiene aceptación ética en casi ningún caso. Y, aunque la ciencia avanza cada día, los científicos parecen concordar en este punto: crear vida humana a nuestra voluntad en un laboratorio trae consigo más riesgos que beneficios.
Sin embargo, al explorar el concepto, se amplía la perspectiva sobre la clonación humana. No es solo crear una copia exacta de uno mismo —una fotocopia en 3D mencionábamos al inicio—, también es una opción científica que podría generar un sinfín de soluciones médicas a enfermedades hasta hoy intratables.
¿Cuál es tu opinión? ¿Crees que se deba seguir intentando la clonación humana? ¡Te leemos en los comentarios!
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