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Mediante una actualización del firmware capará algunas funcionalidades.
Esta semana ha ocurrido un acontecimiento que puede cambiar a la larga el panorama de los drones. Hasta ahora, para volar un dron de la marca DJI (líder mundial en estos productos) no necesitabas nada aparte del dron. Por supuesto necesitas un seguro, tener carnet de piloto, haber superado pruebas médicas, cumplir determinadas normas y ser operador registrado por la AESA si querías volar legalmente, pero si querías saltarte las normas no tenías más que encender tu dron y echarlo a volar; esas eran todas las limitaciones.
No obstante si eres usuario de DJI habrás recibido este mail, que también puede encontrarse en su página web:
DJI anuncia que el dispositivo al que se conecten sus drones tendrán que tener conexión a internet.
O lo que es lo mismo: a partir de finales de esta semana los usuarios vamos a tener que loguearnos en la app para que la aeronave tenga los datos necesarios para asegurarse del espacio aéreo en el que va a volar. Si esto no se hace, las funciones del dron quedarán muy mermadas y sólo podrá volar en un radio de 50 metros, a una altura máxima de 30, y con la función de streaming de vídeo desactivada. Podrá grabar con normalidad, pero sin la referencia visual de qué se está grabando no va a servir para mucho.
No queda totalmente claro si esto prohibirá por completo volar en determinadas zonas, como ya hace la compañía china sobre la Ciudad Prohibida, o si simplemente mostrará algún tipo de advertencia en la que la app te informe de que estás a punto de volar en una zona prohibida, lavándose las manos y librándose de cualquier tipo de responsabilidad.
Aunque para el consumidor aficionado sea una traba, hay que tener en cuenta que el sector de los drones está regulado de una forma muy estricta, y todas estas normas, aunque incómodas, redundan en nuestra seguridad. Que el fabricante trate de facilitar el hecho de que se vuele de una forma segura y legal es a priori una buena noticia, siempre y cuando se implemente de una manera adecuada y no perjudique a los pilotos que vuelan dentro de la legalidad.
El futuro podría pasar por estas medidas
Lo más interesante de esto es que es posible que sólo sea un paso intermedio, ya que abre la puerta a:
Que se endurezcan las restricciones del propio DJI. Imaginemos: un dron que no despega si su piloto no está asegurado o si no tiene licencia de piloto. Ahora puede parecernos una barbaridad que atenta contra la libertad del consumidor, pero nadie se llevaría las manos a la cabeza si una marca de coches anunciara que sus modelos no arrancarán si el seguro no está al día, si su conductor no tiene carnet o si éste te obliga a superar un test de alcoholemia antes de ponerse en marcha.
Que otros fabricantes implementen restricciones similares.
Y si DJI y otras marcas tomaran pasos en esta dirección, ¿no sería probable que la Agencia Estatal de Seguridad Aérea prohibiera volar drones que no contaran con estos sistemas de verificación elaborando una lista de fabricantes aprobados?
Este es un ejemplo más de cómo, aunque han evolucionado muchísimo en los últimos años, el mundo de los drones está aún muy verde y el agitado panorama en el que nos encontramos ahora no va a dejar de cambiar en los próximos años.
En cualquier caso, DJI ha tirado un muro en un movimiento que va en contra de la usabilidad de sus productos pero a favor de la seguridad de todos. Está por ver cómo afecta esto a la compañía y si marca un antes y un después.
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