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Tratamos de deconstruir el sistema de la Policía Nacional para perseguir vuelos ilegales de drones en el cielo de Madrid.
Estamos acostumbrados a recibir noticias de drones todos los días. Algunas veces estas noticias son sumamente interesantes, y otras francamente no tanto. Englobada en el primer grupo, cabe destacar una noticia que se dio a conocer a finales de la semana pasada: La Policía Nacional se dispone a poner coto a los drones infractores que sobrevuelan la capital.
El cielo de Madrid, lleno de drones
En una entrada reciente ya explicábamos lo complicado que resulta volar un dron, aunque sea de uso recreativo, si vives en una gran ciudad como Madrid. Pues bien: en la información que se ha hecho pública, todos los medios coinciden en que en los últimos dos meses se han detectado 545 vuelos de 195 drones sobre nuestra ciudad, Madrid. 30 de estos vuelos superaron los 200 metros de altura (cuando la máxima es 120), y uno de ellos incluso llegó a alcanzar los 400 metros, con el consiguiente peligro para el tráfico aéreo.
Resulta descorazonador: ¿Cómo podemos los pilotos de drones profesionales pedir a las administraciones y a la opinión pública más libertad y confianza en la seguridad y responsabilidad de nuestros vuelos cuando por otra parte recibimos con cierta periodicidad noticias de actividades tan temerarias y estúpidas como éstas?
Estos datos, correspondientes a tan sólo dos meses en el cielo de Madrid, son suficientes para justificar que la Policía Nacional se proponga dar caza a estos infractores. Seamos realistas: no tiene mucho sentido regular tan fuertemente los vuelos con drones y castigarlos con penalizaciones tan exageradas (hasta cientos de miles de euros), si a la hora de la verdad estas infracciones quedan impunes ante la posibilidad de perseguirlas.
La Policía Nacional va a perseguir los vuelos ilegales de drones
Es por ello que la Policía Nacional ha confiado en la empresa ADST para implementar un sistema todavía en pruebas que permite localizar e identificar a los drones en vuelo, bloquear su señal, y localizar al piloto.
No se proporciona demasiada información sobre las tecnologías de estos sistemas. Quizás una parte del sistema de seguridad quieran basarla en el secreto. Hemos escrito a ADST para informarnos de cómo funciona este sistema, ofreciéndoles incluso la posibilidad de concertar una entrevista, pero no han querido darnos ninguna información.
Nada nos impide, no obstante, desglosar los procesos que se supone que llevan a cabo para intentar inferir el procedimiento que siguen.
¿En qué consiste el método para localizar e identificar al dron y al piloto?
El primer punto es localizar la aeronave. Desconocemos cómo podría hacerse, más allá de por identificación visual o por radar. Esta segunda opción es más probable, y sería posible que estos radares fueran principalmente los radares ya operativos que dan servicio a los aeropuertos que rodean la capital: Barajas, Cuatro Vientos, Getafe…
Respecto a cómo se procede a su identificación, supone una de las mayores incógnitas. Los drones en la actualidad no están pensados para poder identificarse por terceros. Si bien inferir el modelo de un dron en base a su masa y comportamiento en el aire es complicado, llegar a identificarla como tal es algo que sólo se nos ocurre que pueda ocurrir si se diseñara un dispositivo capaz de recibir e interpretar las señales de telemetría que envía el dron a su piloto remoto. Si este fuera el caso, y se pudiera obtener acceso a tanta información, el propio dron estaría dando además a las autoridades información clave sobre su posición, altura, especificaciones técnicas… Y acotando la posición del piloto remoto. Sabemos que hay sistemas comerciales bastante sofisticados que tienen capacidades para decodificar muchos protocolos de comunicaciones diferentes, por lo que aunque parece enrevesado, no es del todo imposible.
El tercer punto es interferir la señal para inutilizar el dron. Existen numerosas técnicas para ello. Una muy utilizada es suplantar la señal GPS (spoofing) para dirigir al dron a donde se desea, pero por las informaciones publicadas parece que se limitan a interferir la señal del piloto remoto. La mayoría de drones, cuando pierden la señal, se detienen y proceden a realizar la vuelta a casa de forma automática. Bastaría seguirlo para localizar, pues, al piloto; nuestro siguiente y último punto.
Para localizar al piloto se podría, en teoría, tratar de triangular la señal de radio del mando. No obstante, parece más sencillo seguir el paso anterior: inhibir la señal del dron y forzarlo a regresar al punto del que partió. Una solución óptima sería combinar ambas técnicas para obtener mayor fiabilidad: tengamos en cuenta que no todos los drones ofrecen la posibilidad de volver a casa cuando pierden la señal, y aunque no es lo normal, esta opción se puede deshabilitar antes de comenzar el vuelo. Por si fuera poco, un dron no tiene por qué tener registrado como punto de vuelta a casa el punto del que despegó, y el piloto puede haberse desplazado durante el vuelo; por lo que no sería de extrañar que ambas soluciones se complementaran para dar un resultado más fiable.
Por supuesto, esto son solo conjeturas. No somos expertos en el área concreta de interceptar e identificar aeronaves, así que nuestras suposiciones, hechas en base a nuestra experiencia como pilotos y nuestro conocimiento sobre el funcionamiento de los drones, pueden ser desde absolutamente acertadas (por una mera carambola) hasta completamente ficticias.
Por no saber, no sabemos ni la efectividad del método realmente utilizado, ya que como hemos dicho es un tema bastante opaco del que se han dado muy pocos detalles. Lo que sí sabemos es que, de una forma u otra, existe un método (experimental) que aumenta muchísimo las probabilidades de cazar en el acto a un piloto ilegal en el cielo de Madrid.
Aunque el mejor motivo para no realizar estas actividades temerarias es el sentido común, y la responsabilidad ciudadana de no poner en peligro a terceros con un comportamiento imprudente, si pensáis volar drones en el cielo de Madrid, tened en cuenta otro motivo para no hacerlo: esta vez os podrían pillar.
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